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La ONU investiga las acusaciones de narcotráfico y otros delitos contra los 'cascos azules' en Bosnia

Venta de heroína, prostitución, mercado negro de cigarrillos, alcohol y gasolina, tratos con las mafias locales... Estos son algunos de los delitos de los que, según el diario británico The Guardian, son sospechosos los cascos azules en Sarajevo. Según informaba ayer el periódico, y confirmaba un portavoz de la organizacion en Sarajevo, el teniente coronel Patricia Purves, la ONU ha nombrado a un equipo especial de investigación, que ya ha empezado a trabajar, para intentar comprobar la veracidad de las acusaciones formuladas contra sus soldados por la policía local.

, Según The Guardian, la denuncia asegura que cada contingente de cascos azules en Sarajevo tiene su especialidad: heroína, cigarrillos y coches para los ucranios, prostitución y alcohol para los franceses, y tráfico de poca monta para los egipcios. El periódico asegura que 22 soldados, -19 ucranios y tres franceses- ya han sido enviados discretamente de vuelta a su país por estar involucrados en este tipo de negocios. La policía de Sarajevo afirma que no puede intervenir, ya que los cascos azules, escapan legalmente de su control."Los soldados de las Naciones Unidas se han transformado en aprovechados de la guerra y se encuentran fuera de control, lucrándose a cuenta de una ciudad que se está muriendo", escribe Maggie O'Kane, la autora del artículo.

Según The Guardian, la heroína fue introducida por los soldados del contingente ucranio el pasado mes de marzo, disimulada en un cargamento de naranjas. Un gramo de esta droga vale hoy 400 libras esterlinas (unas 80.000 pesetas) en Sarajevo, una ciudad donde los traumas de la guerra han disparado el número de heroinómanos, que pasó de un centenar antes del conflicto a unos 3.000 hoy, según las estimaciones del profesor Ismet Ceric, que dirige la sección de drogodependencia del Hospital de Kosevo. La heroína introducida por los ucranios en marzo pasado alcanzaba un valor total de alrededor de 24 millones de pesetas.

Beneficios del 500%

Según el artículo, el café Stephanel, en el centro del casco viejo de la capital bosnia, se ha convertido de manera notoria en lugar privilegiado para la venta de la droga que llevan los cascos azules. Su dueño ya fue detenido 15 días en relación con este tráfico, antes de ser liberado tras utilizar sus influencias, según sus propios términos.Otra fuente de ingresos ilícitos para los soldados de la ONU, afirma The Guardian, es el mercado negro de productos hoy casi imposibles de encontrar en Sarajevo, como son los cigarrillos o el whisky. Para conseguirlos, los habitantes de la ciudad venden a los cascos azules -que sí disponen de ellos en gran cantidad- sus joyas o su patrimonio familiar a un precio de saldo.

Según,la policía local, los beneficios para la venta de un paquete de Malboro suelen llegar al 500%. Además de su ministrar en estas condiciones cigarrillos a los bosnios, los cascos azules abastecen también a los serbios que les asedian, prosigue el diario, que recalca que "este tráfico está despojando Sarajevo de todos sus objetos de valor".

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Otra mercancía, objeto de mercado negro en Sarajevo es la gasolina, racionada desde hace varios meses. Los cascos azules la sustraen de los vehículos de la ONU para venderla a unos intermediarios que la ponen a su vez en venta tras añadir al precio una generosa comisión.

La prostitución florece también en una ciudad donde los únicos que disponen de divisas son los cascos azules y los periodistas extranjeros. Según el periódico londinense, las mujeres que venden su cuerpo a los soldados de las Naciones Unidas suelen venir acompañadas de sus maridos, para negociar mejor el precio.

La mayoría de los cascos azules que pagan los servicios de las prostitutas mantienen relaciones sexuales en los propios vehículos blindados o camiones de la organización internacional, aunque los ucranios también llevan directamente a su campamento a las prostitutas, con el consentimiento de los oficiales, siempre según la misma fuente. Miembros de la policía de Sarajevo expresan su temor de que la prostitución esté implicando cada vez más a menores de edad.

La multiplicación de prácticas de este género, prosigue The Guardian, se está traduciendo en la aparición de profesionales que negocian directamente con los cascos azules. "Los soldados de la ONU se están haciendo ricos y están haciendo ricas a las mafias locales", concluye la autora del reportaje.

Asesinatos en Somalia

Las autoridades militares belgas han abierto una investigación sobre la actuació de sus cascos azules desplegalos en Somalia, tras las acusaciones de varios soldados sobre supuestos malos tratos y homicidios de civiles somalíes.El coronel Van den Broele, portavoz del Ejército, confirmó ayer la investigación de 10 casos de supuestos homicidios, y que ya se han tomado sanciones disciplinarias en otros 20 casos de malos tratos. Las cifras oficiales revelan que decenas de somalíes han resultado muertos por la acción de las tropas belgas desplegadas en Kismayu

En Bruselas, el Ejército belga inició una investigación para determinar si los 10 casos en donde la actuación de cascos azules provocó la muerte de civiles somalíes tienen que ser llevados ante un consejo de guerra. Uno de los jueces militares desplazado a Kismayu se mostró partidario someterles a un tribunal militar. Según el coronel Van den Broele, la justicia militar debe determinar si las tropas belgas actuaron de acuerdo con las directrices de intervención fijadas por las Naciones Unidas. Ayer mismo, en un enfrentamiento con guerrilleros en la región de Kismayu, un somalí resultó muerto y otros dos fueron arrestados por las tropas belgas, según un portavoz del Ministerio de Defensa belga.

"Las cifras oficiales de somalíes muertos por los cascos azules belgas se pueden multiplicar por cuatro o cinco", afirmó un soldado belga, que prefirió guardar el anonimato, al ser entrevistado por la radio flamenca BRT. Los miembros de organizaciones humanitarias desplegadas en la zona han denunciado en reiteradas ocasiones el comportamiento racista de algunos paracomandos (tropas de élite del Ejército belga). El jefe de misión de Médicos sin Fronteras (MSF), presente en Kismayu hasta abril, Peter Casaer, fue testigo directo de varios incidentes. "En reiteradas ocasiones soldados borrachos propinaron palizas a civiles somalíes empleados por Médicos sin Fronteras", dice.

El teniente coronel Van de Weghe declaró, al respecto, que "hay que tener el coraje de reconocer estos errores". Para el Ministerio de Defensa, el comportamiento de las tropas belgas es correcto.

Los cascos azules belgas cosiguieron además resultados excepcionales para pacificar la zona donde están desplegados.

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