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Muere en la cárcel el teniente que capturó a Macías

Pedro Motú, ex teniente que desafió la magia del dictador Francisco Macías y lo atrapó, en el corazón de la selva, en 1979, murió en los calabozos de Malabo tras haber sido detenido el domingo. Así lo confirmaron ayer las autoridades ecuatoguineanas. Pero, a diferencia de la versión de los opositores, que aseguran que Motú murió por las torturas y los apaleamientos de sus carceleros, el Gobierno dice que el antiguo militar "se suicidó". Motú, quehabía regresado recientemente a su país del exilio, fue detenido en un hotel de Malabo al que había ido a saludar a Andrés Moisés, líder del opositor partido de Unión Popular, que volvió a Guinea, el sábado, tras permanecer varios años en España.

Pedro Motú no era un opositor cualquiera. En Guinea, gozaba del carisma que sólo tienen quienes han sido reconocidos como portadores del gran poder de la magia. Su fama se remontaba a los críticos días del golpe de libertad con el que el actual presidente, Teodoro Obiang, derrocó en, 1979, a su tío, Francisco Macías.Motú, entonces teniente, fue uno de los dos oficiales que se atrevió a adentrarse en la selva de la región continental guineana para perseguir al fugitivo Macías. Los que le siguieron se sintieron arropados por la poderosa magia del clan tribal oyib, al que pertenecía el teniente; la única que podía contrarrestar las facultades de gran brujo que se atribuían a Macías y que, según las creencias populares, lo hacían invencible en el bosque donde podía transformarse en pantera o pájaro.

Gracias a Motú, Macías fue capturado, juzgado y ejecutado. Con ello, se esfumaron los temores al contragolpe. El teniente nunca logró el cargo ministerial con el que se rumoreaba que Obiang iba a recompensarle. En círculos opositores, el desagradecimiento se explica por el miedo que el propio presidente alimentaba hacia la magia de su salvador. La detención y muerte de Motú en los calabozos donde, según fuentes de UP, fue salvajemente apaleado y torturado, son consideradas en Malabo como una prueba del nerviosismo de Obiang tras la salida, hace diez días, del grueso de la guardia marroquí que, durante 14 años, se encargó de la seguridad del presidente. Para diversos grupos opositores, se trata además de un castigo ejemplar para demostrar a la población que ni siquiera los agraciados por lo supranatural están a salvo de las iras del Gobierno ante las presiones democratizadoras.

Ayer, no cesaban las detenciones de simpatizantes de UP que este fin de semana dieron la bienvenida a Andrés Moisés. Además, al menos 21 civiles permanecen detenidos tras la represión militar del día 22 en la isla de Annobón. El también opositor partido de la Convergencia Para la Democracia Social (CPDS) ha denunciado la detención y "brutal tortura" de Pío Miguel Obama.

Tras el gesto de flexibilidad con el que Obiang anunció el miércoles el aplazamiento de las elecciones legislativas, Malabo ha vuelto a acusar a la oposición de gestar "planes desestabilizadores". Tampoco han faltado nuevas arremetidas contra España.

Las autoridades han negado los visados de entrada a médicos españoles de Médicos sin Fronteras. Este fin de semana, impidieron su labor a tres biólogos españoles de la Fundación Manuel Iradier, el explorador vasco que estudió el interior del país.

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