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La nueva cúpula de ETA reside en París

La actual cúpula de ETA reside en París, y desde allí ha logrado reorganizar buena parte de la infraestructura de la banda, según expertos en la lucha antiterrorista. La dirección etarra está integrada por Ignacio Gracia, Iñaki de Rentería; Félix López, Mobutu; Armando Rivero Tormo, y Felipe San Epifanio, Pipe. Sólo ocasionalmente se desplazan al sur de Francia, donde conservan cierta infraestructura, pero es en París donde "tienen cobertura de grupos izquierdistas que andan igual que ellos con lo de la revolución pendiente, mientras en el otro lado [País Vasco francés] andan bajo tierra, como topos", asegura José Manuel Martiarena, viceconsejero de Interior del Gobierno vasco.

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Los hechos registrados estas semanas -atentados en Madrid, Levante y Cataluña, secuestro de Julio Iglesias en San Sebastián y bombas en Pamplona- demuestran que ETA se ha reorganizado y que la dirección terrorista está activa.Además del grupo denominado itinerante, ETA dispone de dos comandos -el Madrid y el Donostia- y trata de formar uno en Vizcaya. El gobernador civil de esta provincia, Daniel Vega, declaró ayer que el Ministerio del Interior trabaja con la hipótesis de que en Vizcaya puede existir ya un comando.

La banda terrorista dispone también de una cierta red de enlaces y del grupo robacoches, que ha vuelto a actuar tras haber permanecido un año incomunicado con la dirección. ETA mantiene intacto el taller de explosivos y el arsenal de armas, supuestamente situados en en el País Vasco-francés.

Asimismo, Martiarena afirma que "hay un embrión de gentes legales [no fichadas], y de algún ilegal [quizás Martín Carbona] huido desde hace tiempo".

No obstante, los expertos policiales relativizan el alcance de la reorganización etarra y apuntan que estas reestructuraciones deben ser consideradas desde la perspectiva de una organización en claro declive. Se trataría, explican, de movimientos de reajuste de un grupo cada vez más mermado y sometido a progresivo desgaste.

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Martiarena sitúa el final de la ETA actual en el plazo de dos años, aunque no descarta que, pasado ese tiempo, persista cierta violencia marginal, similar a la de los GRAPO.

Consciente del escepticismo que suscitan estos planteamientos -"tres personas colocando explosivos en restaurantes pueden crear mucha alarma social"-, Martiarena cree que ETA ha entrado en una fase irreversible en la que las sucesivas reorganizaciones tienen una vigencia cada vez menor.

"Hasta hace algún tiempo, tardábamos año y pico, de media, en identificar a los integrantes de los comandos; ahora hemos visto cómo los activistas que operan en Levante han sido identificados a los 15 días".

Martiarena es moderadamente optimista sobre la resolución del problema. "Tienen un plazo, serias diferencias internas dentro de Herri Batasuna y KAS y dentro de ETA, y un pueblo vasco que está cada vez más enfrente".

Según los expertos consultados, la búsqueda de dinero es hoy uno de los objetivos primordiales para la banda, por lo que el secuestro de Julio Iglesias Zamora ha podido convertirse en una cuestión indispensable. Martiarena calcula que ETA precisa unos 300 millones al año para su mantenimiento -casas, traslados y abogados de los presos, entre otras necesidades- y otros 400 más para sus atentados.

Rescate de Iglesias

Precisamente en relación con el secuestro de Iglesias, Martiarena se muestra cauteloso, aunque señala que, también entre los expertos de la Ertzaintza [policía vasca], existe la impresión de que la familia ha llegado a un acuerdo global sobre el pago escalonado del rescate, pese a que no tenga constancia de que se haya pagado algo.El Grupo Especial de Seguridad de la Guardia Civil (GES) realizó ayer una batida por un monte del Duranguesado en una operación destinada a localizar al secuestrado y a buscar posibles escondrijos con explosivos y armas.

De otro lado, cinco de los 16 detenidos por la Ertzaintza, que actuaron como aliados de HB en la denominada guerra de las banderas de Bilbao, eran delincuentes comunes. Tenían antecedentes penales por delitos comunes, informa Pedro Gorospe.

Por otra parte, los diputados forales del PSE-PSOE en Guipúzcoa han decidido preguntar sistemáticamente a sus compañeros de HB cuál es su posición sobre la violencia cada vez que acudan a reuniones de las Juntas Generales.

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