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Un guardia civil mata a su novia, embarazada, y al padre de ésta porque retrasaban su boda

La violencia contra las mujeres se cobró la noche del miércoles tres vidas en dos crímenes diferentes ocurridos en las localidades valencianas de Tavemes de la Valldigna y Alginet. En la primera localidad, Ricardo Soriano, de 21 años, que realiza el servicio militar en la Guardia Civil, mató a su novia, Eva Donet, de 20, que estaba embarazada. Soriano también acabó con la vida de Evaristo Donet, de 40 años, padre de su novia. El agresor intentó suicidarse y anoche estaba en coma. Soriano deseaba casarse de inmediato, pero la novia y sus padres preferían esperar. En Alginet, Abel Cortés, de 21 años, asesinó a Julia Vercher, de 33, la mujer con la que su esposa se había ido a vivir. Cortés acabó entregándose.

Ricardo Soriano no podía esperar. La boda debía celebrarse ya, aunque le faltaran varios meses para licenciarse del servicio militar y su futuro laboral no estuviera aún claro. "Mi hermano no se oponía a la boda, pero sí a que fuera en una semana", aseguró Alfredo Donet, tío de la fallecida. "Era ella quien no estaba segura", añadió.El trágico desenlace de la historia se produjo hacia las diez de la noche, en una tienda de regalos y material fotográfico que la familia Donet posee en la avenida de la Marina, a escasos metros de un retén de la Policía Local de Tavernes de la Valldigna, un municipio de 16.000 habitantes a unos 50 kilómetros al sur de Valencia por la costa.

"Entró en la tienda disparando", afirmó la única testigo, que resultó herida de dos disparos en las piernas. Según los vecinos, Eva Donet conoció a Ricardo Soriano, vecino de Ontinyent, la pasada primavera.

El padre deseaba que su futuro yerno se licenciara y "tuviera un contrato laboral", según un familiar. El novio realizaba el servicio militar en la Guardia Civil de Ontinyent. "Su conducta era extraordinaria", indicó a este periódico el teniente de ese destacamento.

Poco antes del crimen, Soriano mantuvo una fuerte discusión con su novia y con los padres de ésta en el interior de la tienda. A las diez de la noche regresó y encontró a Eva en la calle. Ésta entró corriendo en el establecimiento, y tras ella llegó Soriano disparando. La madre de la chica se había marchado ya, pero no el padre, quien había preferido quedarse por si se reproducía la escena ocurrida poco antes.

Soriano apuntó su pistola, de la marca Star, reglamentaria en la Guardia Civil, a la cabeza de Evaristo, quien recibió un único disparo que le causó la muerte de forma instantánea.

Cinco tiros

A continuación, el agresor disparó contra Felicidad Grau, de 19 años, empleada del establecimiento, que salía del local para pedir auxilio. Grau consiguió salir y avisar a la Policía Local.Después de estos disparos, Soriano se ocultó con su novia en la trastienda. Allí decidió deshacerse de ella, para lo que disparó cinco balas. Una de ellas le impactó en el esternón y otra en la pelvis. Finalmente apuntó la pistola hacia su propia sien y apretó el gatillo. La bala le perforó el cráneo, pero no acabó con.su vida.

Guardias civiles y policías locales que rodeaban la zona decidieron entrar en el local y hallaron los dos cuerpos en el suelo. Anoche, al cierre de esta edición, Soriano se debatía entre la vida y la muerte en el hospital comarcal de Gandia.

La Guardia Civil detuvo a un amigo de Soriano, también vecino de Ontinyent, que le esperaba en un bar cercano a la tienda en la que se produjo el crimen. Sin embargo, fuentes policiales afirmaron que el detenido desconocía las intenciones de su amigo.

La policía de Ontinyent explicó que Soriano y el detenido ya habían protagonizado varios incidentes en el pueblo. Ricardo Soriano fue juzgado hace tres años por una pelea que mantuvo con agentes locales a causa de una multa de tráfico.

Los vecinos de Tavernes de la Valldigna y de Ontinyent estaban consternados ayer por el doble crimen. Evaristo Donet, padre, de cuatro hijos, era muy conocido en Tavernes por su profesión de fotógrafo. La mayoría de los comercios de Tavernes de la Valldigna cerró en la tarde de ayer en señal de duelo.

El entierro se celebró a las siete de la tarde de ayer ante un millar de vecinos. Tenientes de la Guardia Civil de Gandia y Tavernes acudieron a la misa.

La esposa de Evaristo Donet y los tres hermanos de Eva estaban en la iglesia. El sacerdote, emocionado, calificó las muertes de "irracionales e injustas". "Este crimen no tiene perdón", afirmó Alfredo Donet.

Los celos, móvil del crimen de Alginet

El crimen de Alginet se produjo hacia las cinco de la tarde del miércoles. Abel Cortés, que ese día cumplía 21 años, se dirigió, con la escopeta de su padre a la casa de Julia Vercher, la mujer con la que su esposa se había ido a vivir.Los celos de Cortés por la estrecha amistad entre las dos mujeres se perfilan como el móvil más probable del crimen. La esposa del agresor presenció los hechos. Julia Vercher fue trasladada al hospital Peset Aleixandre, de Valencia, donde falleció.

El homicidio se cometió en la calle de la Fuente del Señor, en el barrio del Calvario, "una zona pobre, como hay en todos los pueblos", según un vecino.

Abel Cortés, que realiza trabajos temporales en el campo y posee numerosos antecedentes policiales por pequeños robos, se dio a la fuga, pero hacia las dos de la madrugada se entregó.

La esposa de Cortés se marchó de casa con los dos hijos del matrimonio. La fallecida, que era soltera, también tenía dos hijos.

Cortés y su esposa se casaron hace tres años, cuando ella quedó embarazada. "Después, la mujer se marchó con su madre, pero luego volvieron a juntarse y tuvieron otro hijo", afirmó un agente.

Cortés, hijo del propietario de un bar del barrio, ya había amenazado a su víctima. "Deja de vivir con su mujer", le advirtió hace unos días, según un portavoz de la Policía Local.

Tras cometer el crimen, el agresor dejó el arma en el domicilio de su víctima y huyó precipitadamente.

La esposa de Cortés es conocida también en los ambientes policiales de la localidad por haber participado en actividades delictivas de poca entidad junto a su marido.

Pocas personas en Alginet aseguraban conocer a los protagonistas de la tragedia. "La muerta ha vivido mucho tiempo en Francia", explicaba ayer una vecina.

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