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Guerra sin cuartel entre croatas y musulmanes en el centro de Bosnia

Miguel Ángel Villena

M. Á. V Musulmanes y croatas no han esperado las negociaciones de hoy en Ginebra para discutir de mapas. Los antiguos aliados se han enzarzado en una terrible carnicería en el centro y en el sur del país para ampliar sus conquistas militares. Ciudades como Mostar y Gonji-Vakuc están tomadas por milicianos del Consejo de Defensa Croata (HVO) y de la Armija musulmana, y los pocos civiles que están atrapados tratan de sobrevivir sin apenas alimentos y medicinas.

Mientras los serbios tratan de mantener el 70% del território que controlan, musulmanes y croatas -luchan encarnizadamente por los despojos sobrantes. Sin apenas ayuda humanitaria, desde hace más de un mes y en medio de intensos combates, la geografía del terror y de la limpieza étnica se ha extendido por Mostar, Vitez, Prozor, Gonji-Vakuc o Jablanica. En realidad, por todo el centro del país.

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Como ha ocurrido desde el principio de esta guerra, los hechos consumados de los militares serán la principal moneda de cambio encima de la mesa de negociaciones. Por esa razón, los musulmanes de la Armija lanzaron ayer una nueva ofensiva para conquistar el sector oeste de la ciudad de Mostar. Por otro lado, las fuerzas del HVO redoblaron sus ataques en la zona de Jablanica, donde se encuentra un campamento avanzado de la Agrupación Canarias, con 130 cascos azules españoles.

Calma en Sarajevo

La capital de Bosnia, mientras tanto, vive unos días de relativa calma tras la retirada de los serbios de los montes Igman y Bjelasnica, que dominan Sarajevo. Las últimas unidades de los serbios, integradas por unos 200 soldados, despejaron ayer completamente la zona, según los portavoces de las tropas de las Naciones Unidas allí desplegadas.

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"ya no caen granadas en Sarajevo y los convoyes humanitarios entran sin problemas en la ciudad, lo que significa que el Sarajevo civil ya no está bajo asedio", aseguró ayer el líder serbio de Bosnia, Radovan Karadzic. Fuentes musulmanes replicaron que la ciudad sigue prácticamente sin agua ni electricidad, y que los serbios siguen desplegados alrededor de ella.

A pesar de ello, todos piensan en Sarajevo que el presidente bosnio, el musulmán Alia Izetbegovic, acudirá hoy a la mesa de negociaciones, y que se verá obligado a firmar la partición del país. En unas declaraciones efectuadas desde Ginebra a Radio Bosnia, Izetbegovic lo confirmó -ayer al asegurar que aceptará esta solución para "salvar lo que se pueda", es decir para "evitar la peor variante, que sería la división de Bosnia en dos partes" [controladas por los serbios y los croatas].

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