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Entrevista:Los personajes de...

Ramón Buxarrais

-Yo voy a creer en los políticos que pierdan dinero, en los políticos que pierdan salud, en los políticos que por amor al pueblo hasta pierdan popularidad. Cuando los políticos pierdan, tendremos buenos políticos.No recuerda haber topado con el Gobierno. Aunque en 1988 fue objeto de un monitorum o advertencia de la Santa Sede, al parecer por críticas vertidas contra el nuncio Tagliaferri, asegura que no ha topado con la Iglesia, que es la Iglesia la que quizá haya topado con él. Topó con el ejército. Siendo obispo de Málaga se opuso a que las tropas desfilaran junto a la custodia, en la procesión del Corpus.

-Me parecía una contradicción, las bayonetas junto a la custodia, un sacramento de paz y amor, los soldados haciendo calle, mareándose algunos. Me parecía que no. Y me fue difícil. Dialogué con el gobernador militar de Málaga; a él se le hacía muy dificil que yo no aceptase eso, yo le di mis razones, fue tensa la conversación, pero yo creo que aceptó porque yo se lo pedía y no me podía decir que no.

Con quien si topó abiertamente fue con la jet marbellÍ.

-Por un perro que maté, me llamaron mataperros, no es para tanto. Que sí, que una vez yo dije unas palabras, que debía decirlas como pastor, de unas fiestas fastuosas que se celebraban con motivo del cumpleaños de un musulmán de religión, no recuerdo si era libanés... En aquel momento mismo, unos agricultores de la zona de Antequera se manifestaban porque querían agua para sus campos. Por un lado, veía la jet-set llamada de Marbella, de España y de otras partes, allí casi bañándose en champán, y otras cosas, y aquel mismo día los pobres agricultores manifestándose. Parece que era una risa sarcástica, la de los ricos contra los pobres, eso fue lo que dije. Las risas de los ricos intentaron ahogar el grito de los pobres. Luego fue interpretado, unos aceptaron, otros rechazaron y quedé con el título de "azote de la jet". Pobre de mí.

Monseñor Buxarrais, o el padre Buxarrais, es uno de esos religiosos que te reconcilian con la religión. Su vida está llena de gestos evangélicos, cristianos, coherentes con su fe. Fue el primer obispo de Málaga que renunció a vivir en el palacio arzobispal. No dudó en vender una finca propiedad del obispado para ofrecer, con el dinero obtenido, préstamos sin interés a cooperativas malagueñas. Su compromiso con Cristo y con su mensaje, aunque alegara "problemas de salud", tuvo que ver seguramente en su decisión de presentar al Papa su renuncia al cargo de obispo de Málaga.

-No hay por qué ser siempre obispo,¿verdad?

-Ciertamente.

Anteriormente se había mostrado favorable, por escrito, a que un obispo no permaneciera por tiempo indefinido, al frente de una diócesis. Y predicó con el ejemplo. De obispo descendió por propia voluntad a capellán del centro asistencial de Melilla y capellán de la prisión de Melilla.

-¿Lleva carnet de identidad?

-Por supuesto.

-¿Qué dice?

-Ramón Buxarrais Ventura, nacido en Santa Perpetua de Moguda el 12 de diciembre de 1929. Voy a cumplir próximamente 64 años.

-¿Sus orígenes son humildes?

Ssí, muy humildes. Hijo de un matrimonio con cinco hijos, mi padre muere en accidente, mi madre queda con los cinco, yo teñía dos años. Conozco noches sin pan y el frío terrible del invierno. Quizá esto me haya ayudado también a volver a mis orígenes. Yo nací pobre, y siempre había deseado que Dios me concediera volver a la pobreza original.

A los 12 años ingresó en el seminario. Su primer destino fue de cura rural en un pequeño. pueblo campesino de Barcelona. A los 28 años se ofreció como voluntario para ir a Chile, donde pasó casi una década-, en la archidiócesis de Antofagasta. Fue obispo de Zamora antes de serlo de Málaga.

-Padre Ramón, usted que ha tocado poder, ¿la verdad se detiene donde empiezan los intereses de la empresa?

-Yo no he tocado poder, no. El poder que se me dio es un poder para servir. Yo lo entendí así e intenté ejercer ese poder como servicio,

-Como la moqueta amortigua el ruido de la pobreza...

-¿Sabes por qué? Porque la pobreza es la voz de Dios. Y a veces nos molesta porque la exigencia de Dios significa llenar vacíos, y esto significa esfuerzo, renuncia, sacrificio.

Entiende por justicia aquello que se debe a todo ser humano o no humano. "Todo aquello que coarte o imposibilite que una persona o un ser, sea un rosal, un perro, un pájaro, pueda realizarse plenamente a nivel de su propia naturaleza es injusto". Cree que lo único esclavizador es el pecado, y por pecado entiende, por ejemplo, que los países ricos exploten a los pobres.

-Vivimos en unas estructuras injustas. El mal está en que quizá nos dejamos, nos habituamos a la injusticia. Deberíamos ser siempre rebeldes contra la injusticia. Rebelarse contra la injusticia es manifestarse a favor del hombre. Sobre todo, de aquellos que tienen menos favores, los menos amados, que son los pobres, los marginados, los que sufren.

-¿Defraudar a Hacienda es pecado?

-Y que Hacienda defraude a los ciudadanos también debe ser pecado. Claro, porque defraudar a Hacienda en cierto sentido es robar a los ciudadanos. Pero también Hacienda y el Gobierno puede que no distribuyan bien el dinero de los ciudadanos.

-Claro, si hay hambre y se compran tanques...

-Exacto.

Cree en la libertad de la santidad.

-No hay nadie más libre que un santo, un santo que hace la voluntad de Dios, y por eso, ama a los hermanos, ama a todos los seres creados.

Conversar con don Ramón es un ejercicio de relajación, de serenidad, que el alma, agobiada por los ruidos y las prisas de esta vida frenética, agradece. Sus ojos, sus oídos y sus manos están abiertos al dolor y a, la injusticia del mundo. Pero su reino no es por entero de este mundo. Es un hombre entre el cielo y la tierra.,

-¿Qué siente cuando ve una cruz?

-Gratitud y vergüenza. Gratitud, porque es como la locura de Dios, la cruz es como la expresión máxima del amor que Dios nos tiene. Y vergüenza, porque uno ve que no corresponde al amor. La cruz para mí es un reto. La cruz para mí es una síntesis de la fe, porque también la cruz supone la resurrección.

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