Un vidente intenta timar más de un millón a una 'endemoniada'
Los auténticos demonios salieron a relucir cuando el presunto vidente enseñó la factura. Después de untar con miel el cuerpo de la supuesta poseída, el brujo pretendió cobrar 1.250.000 pesetas por el tratamiento. La víctima y su madre entregaron la escritura de su casa como garantía de la deuda -reconocida incluso ante notario-, pero luego optaron por denunciar los hechos en la comisaría de La Estrella. Los policías ya han detenido y puesto a disposición judicial al supuesto culpable, Emilio S. C., de 62 años.Según denunció la víctima, supo del brujo a través de un anuncio en una publicación especializada. Vidente diplomado, venía a decir el reclamo. La consulta estaba en Vallecas, y allí se fue la mujer de 22 años que se creía poseída. Después de echarle las cartas, el brujo le aseguró que estaba poseída por espíritus malignos y que era imprescindible expulsarlos de su cuerpo con un tratamiento.
Miel en el cuerpo
La cura se realizó en el piso de la mujer, en el barrio de La Elipa. Allí acudió Emilio con una ayudante. El exorcismo consistió en impregnar de miel el cuerpo de la supuesta poseída. Luego la introdujeron en una bañera y en un triángulo de tres colores, según la información ayer suministrada por la policía.Al acabar el tratamiento, el brujo informó a la víctima y a su madre de que los espíritus malignos ya habían partido. Entonces planteó sus honorarios: 1.250.000 pesetas.
Las mujeres reaccionaron con sorpresa, pues sólo habían pagado 5.000 por la primera consulta. Se negaron, pero entonces el brujo lanzó su amenaza: o pagaban o volvía a introducir en la chica los demonios de antes y otros tres nuevos, "que la volverían loca".
No era cosa de arriesgarse, pensaron madre e hija. Emilio les propuso que, si no tenían el dinero en metálico, le pagaran con un cheque o hicieran un reconocimiento de la deuda ante notario. Optaron por ir al fedatario público y escrituraron la deuda. Por si acaso, entregaron al brujo la escritura de su vivienda como garantía.
Días después, las mujeres debieron de superar el miedo y pensaron que era mejor acudir a la policía. Los agentes encontraron los documentos en poder de Emilio. El brujo matizó que la cantidad requerida no era en pago de una sola consulta de espiritismo. Argumentó que era su minuta por todas las que había tendido la mujer durante un año.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.