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El principal testigo contra Al Kassar ratifica sus iniciales acusaciones

Abu Merced, principal testigo contra el traficante de armas Monzer al Kassar, ha vuelto a ratificar su inicial acusación contra este ciudadano sirio. Merced ha declararado ante Carlos Bueren, titular del Juzgado número 1 de la Audiencia Nacional, que en junio pasado rectificó su declaración por "presiones y para protegerse". Merced reasume así su acusación contra Al Kassar de financiar el terrorismo del Frente de Liberación de Palestina-Abu Abbas (FLP) y de haber facilitado las armas usadas en el secuestro del buque Achille Lauro.

Este testigo ofreció en febrero pasado modificar su declaración para favorecer a Al Kassar -excarcelado tras haber entregado una fianza de 2.005 millones de fianza- a cambio de cinco millones de dólares. Abu Merced el pasado jueves declaró ante el juez Carlos Bueren. Afirmó que comparecía voluntariamente y sin que nadie le hubiese ofrecido nada a cambio.El testigo negó que el magistrado Baltasar Garzón cuando era titular del juzgado número cinco de la Audiencia Nacional le hubiese prohibido hablar con los abogados del traficante internacional de armas. Reconoció como propia la declaración, escrita en árabe, que fue entregada a la Audiencia Nacional el pasado junio, y en la que se desdecía de sus acusaciones contra Al Kassar.

Ante Bueren ratificó su inicial declaración acusatoria contra Al Kassar y se desdijo de la anterior rectificación, que atribuyó a presiones y a la necesidad de protegerse, sin identificar a quienes le infundían tal temor. Su testimonio es clave para involucrar al traficante en varios hechos delictivos: el secuestro el 7 de octubre de 1985 del buque Achille Lauro con más de 600 personas por un comando del FLP, que se saldó con la muerte del estadounidense Leo Klinghoffer; el intento de asesinato el 3 de de noviembre de 1984 en Madrid del confidente del Mossad Joseph Elías Awad, paralítico tras la agresión; su relación desde 1992 con grupos terroristas palestinos, a los que su ministraba armas y dinero, e in cluso alojaba a sus dirigentes como Zaki Helou y Abu Abbas.

Merced no habla de oídas. Él entregó al comando el arma facilitada por Al Kassar -una pistola Sig-Sauer, calibre nueve milímetros con número limado y silenciador- con la que se atentó contra Awad en Madrid. Al Kassar, según este testigo, pagó los gastos de hospedaje de los terroristas y en llamada desde Viena reveló el lugar donde se ocultaba la víctima.

Merced pagó con dinero de Al Kassar a Kamal al Houmsi Gazzouli -integrante del citado comando- mientras permaneció en prisión, y abonó su fianza, hecho que le permitió fugarse de España. Según informes policiales, Merced "era acompañante fijo y obligado de Al Kassar", dato que corrobora el valor de este arrepentido, a quien se le intervino en prisión una cinta grabada en la que anunciaba a su familia que cambiaría su testimonio para favorecer a Al Kassar.

El cambio del cambio en la declaración de este testigo constituye un poderoso reconstituyente en la acusación contra Al Kassar, cuya causa ha visto cómo desaparecían o enmudecían los testigos.

Ahmed Al Assadi, terrorista que intervino materialmente en el secuestro del Achille Laur o, declaró ante el juez Baltasar Garzón en Italia que Al Kassar era la persona que en Génova les entregó las armas con las que perpetraron dicha acción y que les financió, reconsideró su inicial intención de prestar testimonio en España. El 28 de septiembre de 1992, Ismail Jalid, otro testigo de cargo contra Al Kassar, se caía de un cuarto piso bajo un coma etílico que aleja la hipótesis del suicidio.

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