La caravana pacifista llega a Mostar
ENVIADO ESPECIALLos pocos viandantes que se encontraban en las calles de Siroki Brijeg, a 20 kilómetros de Mostar, no acertaban a comprender la invasión que les llegaba el pasado lunes. Más de 1.200 componentes de la Caravana Internacional por la Paz a Sarajevo, entre ellas, un centenar de españoles, esperaban allí el permiso de las autoridades militares croatas para entrar en la capital de Herzegovina. Finalmente, sólo 600 recibieron autorización. Con banderas multicolores en la mano, en las que podía leerse "peace" (paz) se sentaron frente a la catedral de Mostar, alcanzada por varias granadas, y exigieron el alto el fuego. Sólo a 500 metros las armas con sus estruendos se encargaban de ignorar la petición y acallaban las canciones de los participantes.
El arzobispo croata de Mostar, Ratko Peric, afirmaba en una improvisada rueda de prensa no saber si "es posible parar la limpieza étnica" contra los musulmanes que tiene lugar en su ciudad.
El acto simbólico en Mostar duró dos horas. Varios participantes deseaban quedarse más tiempo. Los nervios afloraron y lo que era una caravana por la paz a punto estuvo de provocar un enfrentamiento entre sus componentes. El militar croata que controlaba el acto, con cara de pocos amigos, terminó por echarlos.
