Chucherías 'elegantes'
No hay atracción turística sin tiendecita de recuerdos. Y en el terreno comercial, los estrategas de Buckingham han demostrado una formidable intuición sobre el tipo de chucherías elegantes que pueden interesar al público, especialmente el americano.Las estrellas del establecimiento son las piezas de porcelana: la tacita de té (5.000 pesetas), el pocillo (2.000 pesetas), la cajita de píldoras (1.600 pesetas), y el florero (7.000), todo en blanco y dorado, con profusión de filigranas. Para el caballero, unas corbatas de seda (4.000 pesetas) cuyo estampado reproduce fielmente distintos tapices y artesonados de palacio. Para el niño y la niña, un recortable de la fachada con sus dos guardias de rojo. Para el regalo de compromiso, un marco de fotos rebosante de cenefas doradas (2.400), bisutería victoriana (entre 4.000 y 15.000 pesetas) y otros objetos variados, cuya posible utilidad depende por completo de la inventiva del consumidor.
La tienda, al igual que todo el recorrido turístico, está a cargo del personal de palacio. Son más de 300 empleados, acostumbrados a lidiar con la ciudad Buckinghalm:una oficina de correos, un puesto de policía, una cocina capaz de servir 600 comidas oficiales por día más todas las que hagan falta para el personal... Es gente experta en recepciones masivas. En total, más de 30.000 invitados pasan por las dependencias de Buckingham a lo largo del año.
La aparición de un nuevo tipo de visitante, con bermudas y gorrito, será todo un reto para los empleados. Ayer demostraron una gran cortesía y amabilidad. Habrá que verlos, sin embargo, cuando un niño de Texas se encarame al trono, o cuando una expedición de japoneses se caiga en pelotón al lago.
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