La rebelión en la ciudad nicaragüense de Estelí deja medio centenar de muertos

Con los cadáveres amontonados en sus calles, la ciudad de Estelí, al norte de Nicaragua, recuperó en la madrugada del viernes (hora peninsular española) la calma después de intensos combates que concluyeron con la victoria del Ejército regular sobre un grupo ole rebeldes dirigido por un ex oficial sandinista que se había hecho fuerte en la zona urbana. La, rebelión, reprimida por fuerzas helitransportadas y de tierra, dejó un saldo de al menos 45 muertos y un centenar de heridos, en su mayoría del bando rebelde.Estelí ha vivido dos días de violentos enfrentamientos después de que unos 150 guerrilleros de los llamados recompas, formados, fundamentalmente, por ex soldados sandinistas, asaltara el miércoles la ciudad en una operación guerrillera que estuvo acompañada por el saqueo de bancos y comercios.

Estos recompas, uno de los diferentes grupos rebeldes que aún permanecen en la clandestinidad como residuo de la guerra, estaban comandados por un antiguo mayor del Ejército sandinista: Víctor Manuel Gallegos, conocido como Pedrito El Hondureño.

Efectivos del Ejército y la policía peinaban ayer la ciudad en busca de este jefe guerrillero, uno de los pocos alzados que pudo escapar con vida del baño de sangre. Pedrito El Hondureño es uno de los muchos oficiales sandinistas que se vieron obligados a dejar el Ejército tras la drástica reducción (80.000 licenciados) decretada por el nuevo régimen de Violeta Chamorro que puso fin a la guerra.

El hambre y la miseria que castigan a este país centroamericano le llevaron hace dos años, con un grupo de seguidores a los que se unieron gente desempleada que había pertenecido a la Contra, a crear el Frente Revolucionario de Obreros y Campesinos, una nueva organización que eligió como medio de presión la vía armada ante la falta de perspectivas que le ofrecía la nueva sociedad civil.

Sin tierras y sin compensaciones económicas, los hombres de Pedrito El Hondureño se han dedicado en los últimos meses al bandidaje y la extorsión en la zona de Estelí, muy próxima a la frontera de Honduras.

El ministro de Gobernación, Joaquín Lovo, calificó los sucesos de Estelí como algo que no tiene parangón en la historia de Nicaragua y reveló que el embajador de su país en Honduras, Noel Rivas, que había sido secuestrado por los rebeldes, está en libertad.