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CIENCIA: INGENIERÍA GENÉTICA

Investigadores españoles logran una vacuna de alta protección contra la malaria

Un grupo de científicos españoles ha desarrollado en EE UU una nueva estrategia de vacuna contra la malaria, ensayada en ratones, que garantiza entre un 95% y un 99% de protección frente a la infección. Esta estrategia, que un virus manipulados genéticamente para activar el sistema inmunológico, podría ser utilizado contra otras enfermedades infecciosas. Los resultados de la investigación, realizada en colaboración con dos equipos estadounidenses, han sido publicados en la revista Proceedings, de la Academia Nacional de Ciencias (EE UU).

"Anualmente, 300 millones de personas son infectadas por malaria, y sólo en África mueren un millón de niños cada año", recuerda el biólogo español Mariano Esteban, uno de los investigadores que han desarrollado la nueva estrategia de vacuna contra esa infección, hasta ahora recalcitrantemente inaccesible para la prevención y difícil de tratar. La enfermedad, inducida por la picadura del mosquito anofeles al inyectar un parásito (el plasmodio) en la sangre de sus víctimas, depende de un complicado ciclo evolutivo que dificulta cualquier aproximación de vacuna.El equipo de investigación de Esteban, de la Universidad de Nueva York, junto a sus colegas de los grupos estadounidenses dirigidos por Ruth S. Nussenzweig y Fidel Zavala, de la misma institución, y Peter Palese, de la Escuela de Medicina Mount Sinai (Nueva York), ha desarrollado un nuevo enfoque para la vacunación contra la malaria basado en las técnicas de la ingeniería genética.

"Es muy novedoso e intentaríamos aplicarlo en otras infecciones, como el sida", comenta, Esteban. "Logramos entre un 95% y un 99% de eliminación de formas infectivas de malaria y el animal permanece protegido", dice.

Dos Fases

La nueva estrategia tiene dos fases: en la primera se alerta al sistema inmunológico del animal para que produzca células especialistas que identifican el agente infeccioso y luchan contra él. En la segunda se induce la multiplicación de esas células hasta una cantidad suficiente para vencer la infección.Las dos fases utilizan virus modificados mediante ingeniería genética (primero el de la gripe y después el de vaccinia, con el que se erradicó la viruela) para introducir en el animal fragmentos de material genético (ADN) de malaria que alertan al sistema inmunológico.

Esteban es, desde hace un año, director del Centro Nacional de Biotecnología (Madrid), y está trasladando desde Nueva York a este laboratorio su equipo de trabajo.

Los ensayos de la nueva vacuna se han realizado en ratones, utilizando como agente infeccioso el plasmodio yoelli, la forma más patógena de malaria para esos animales. Los siguientes pasos de la investigación son aumentar la protección en animales hasta un 100%, hacer ensayos en monos e ir preparando la estrategia para ser utilizada en humanos.

El investigador considera posible desarrollar una vacuna definitiva contra esta enfermedad: "Lograr la protección alta contra la infección en un modelo experimental animal significa que la vacuna es viable", comenta, puntualizando que puede ser con esta nueva estrategia o con otra.

Otras estrategias de lucha contra esta enfermedad están en marcha y una de las más espectaculares es la del colombiano Manuel Patarroyo, que se está experimentando en humanos en algunos de los países más azotados por la infección. "Su procedimiento es completamente diferente al nuestro, se basa en fragmentos sintéticos de proteínas", dice Esteban. "La estrategia de Patarroyo da una protección del 39%, que está bien, pero no es sifificiente".

Ciclo complejo

"El ciclo de la malaria es muy complejo, tiene muchos estadios, y es difícil identificar las proteínas clave de la forma infecciosa para encontrar formas efectivas de vacuna", explica el biólogo español. En el mosquito transcurre el proceso de fecundación y maduración del parásito que produce su forma infectiva: los esporozoitos, que entran en la sangre del animal picado por el anofeles.Los esporozoitos se dirigen directamente al hígado del anfitrión y se multiplican en sus células. Éstas se rompen y liberan un número muy elevado de los llamados merozoitos, que pasan a la sangre e infectan a los glóbulos rojos. "En esta fase de evolución de la infección, entre 5 y 21 días después de la picadura del mosquito, se produce el estadio febril; el paciente tiene sudores, fiebre altísima...", explica Esteban. Parte de los merozoitos continúan el ciclo infeccioso en la sangre; otros siguen evolucionando hasta madurar en el mosquito que los adquiere al picar al animal infectado.

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