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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

iSOS a los fabricantes de calzado!

No era la primera vez que me armaba de valor para acometer la ardua tarea de limpiar esas horribles cosas que dicen que son para hacer deporte, pero que su uso se ha generalizado ya en plan uniforme de Mao y amenaza con incrementarse de no tomar posiciones estratégicas de alarma roja. Las saqué de su proceloso remojo nocturno y acerqué una silla tomando posiciones para la batalla, debían pesar unos cuatro kilos entre espuma, agua y su propia maldad, intenté cantar La falsa moneda (como las asistentas de los cuarenta. Receta que refuerza mi potencia motriz muy eficazmente). Pero ni por ésas, aquello no estaba hecho para ser lavado por ser humano; lo intenté con el cepillo de uñas, pero los abultados apliques y costurones no me dejaban maniobrar; logré sacar las lengüetas, que se enredaban en los kilométricos cordones; froté con jabón, champú, con un cepillo de dientes viejo, nada... Todo era inútil, no quedaban limpias. El sudor me resbalaba por la frente, pero ¿a qué mente aberrada se le habrán ocurrido semejantes mazacotes? Mientras restregaba, ya sin cantar ni nada, di en pensar en las bellas sandalias romanas (no recuerdo el nombre), ligeras, de cuero, que dejaban el pie libre para transpirar y a la vez sujeto con inteligentes bridas que subían por la pantorrilla; recordé la alegoría de Mercurio calzado con esas sandalias, esta vez con unas alitas a los lados; tenían una cuña rebajada a modo de trampolín disponiendo al talón para alzarse en ágil contracción de salto, ¡qué sabios zapatos! Pensé en los jóvenes que tienen los pies embotados mientras hacen sus exámenes. Se sabe que cualquier anomalía en nuestros pies tiene repercusión en nuestro sistema nervioso en múltiples aspectos negativos. Estoy convencida de que el primer fabricante que relance la sandalia romana será el empresario del año. Sandalias de todos los colores, con alitas o sin alitas, además ¡unisexo! Ahora me explico yo lo del derecho romano, el acueducto y un montón de cosas. Las amas de casa estarían más risueñas, los autobuses y metros olerían mejor y en los bancos y entre los políticos las cosas se harían, sin duda, más sabiamente. ¡Pero cómo no nos hemos dado cuenta antes!-

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