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El Rey reclama inversiones, privadas que "cimenten" los lazos hispano-mexicanos

El rey Juan Carlos dijo ayer en la capital mexicana, en un acto con empresarios de los dos países al que asistió el presidente, Carlos Salinas de Gortari, que "la relación especial que existe entre España y México gracias a la herencia cultu ral e histórica que compartimos debe también cimentarse, en el umbral del siglo XXI, en una sólida vinculación entre sus agentes económicos". Éste fue el único acto en el que el Rey pronunció unas palabras durante la estancia de tres días en México que concluyó anoche.

El Rey animaba así a un importante grupo de empresarios de ambos países para que arriesguen más en las inversiones hispano-mexicanas pero con nuevos modelos de cooperación y con vistas a la importancia que van a tener las relaciones de ambos Estados en sus esquemas de integración económica: el Tratado de Libre Comercio, que va a convertir a México en socio de Canadá y EE UU y la CE.En su discurso, el Rey señaló: "No podemos ignorar que los cambios que están ocurriendo en la esfera intemacional van a suponer un nuevo escenario de gran trascendencia". Y añadió: "Las tendencias proteccionistas, los procesos de regionalización y las incertidumbres que pesan sobre el horizonte del cambio es previsible que se traduzcan en un acomodo de posiciones a las que no podremos ser ajenos".

Don Juan Carlos trasladó a México alguna de las metas de la III Cumbre Iberoamericana de Salvador (en Bahía, Brasil) y advirtió que en "la relación especial" entre España y México hay que tener en cuenta que la política económica debe ser un instrumento al servicio de la redistribución de la riqueza y la competitividad.

El Rey cerraba así el acto de más contenido político y económico de esta visita de amistad y trabajo a México, iniciada el sábado en Huatulco, donde descansó este fin de semana en compañía de la reina Sofía junto al presidente mexicano, Carlos Salinas de Gortari, y su familia.

Horas antes de este encuentro, los Reyes, acompañados por Salinas de Gortari, presidieron en Oaxaca la fiesta de La Guelatza, una de las más enraizadas tradiciones indígenas.

Los dos mandatarios fueron acompañados por la Premio Nobel de la Paz, la guatemalteca Rigoberta Menchú, lo que cobró especial significación por ser probablemente el acontecimiento rememorativo de las culturas mesoamericanas que mayor representatividad institucional ha tenido hasta ahora en el Año Internacional de los Pueblos Indígenas con que la ONU ha nominado a 1993. Los Reyes emprendieron anoche viaje hacia España tras una cena privada con Carlos Salinas de Gortari y su esposa, ya en la capital mexicana.

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