EE UU anuncia un repliegue de tropas en Somalia tras la matanza de seguidores del general Aidid
El Gobierno norteamericano anunció ayer la retirada de parte de su contingente militar en Somalia, aunque aseguró que esta decisión no está relacionada con el ataque del lunespor parte de helicópteros estadounidenses, en el que murieron al menos 15 somalíes. El portavoz del Pentágono informó que una unidad de 2.200 marines ya ha sido replegada y que cuatro aviones de combate AC-130abandonarán territorio somalí a lo largo de esta semana. La misma fuente añadió que el apoyo de EE UU a la misión de las Naciones Unidas en Somalia no se verá debilitado por esta retirada.
A pesar de este intento de no relacionar ambos sucesos, difícilmente puede entenderse la decisión norteamericana de replegar fuerzas al margen de la reiterada llamada a la reconsideración del papel de la ONU en el país africano hecha por Italia, uno de los países que integran el contingente de cascos azules en territorio somalí, reforzada por la Organización para la Unidad Africana. EE UU mantendrá todavía algo más de 4.000 soldados en Somalia tras la evacuación de una parte del contingente militar.El Departamento de Defensa norteamericano considera que el ataque del lunes forma parte de la estrategia para debilitar a las fuerzas del jefe guerrillero Mohamed Fará Aidid, cuya detención fue solicitada por una resolución del Consejo de Seguridad del mes pasado.
Los jefes de la misión de la ONU en Somalia insistían ayer en que el ataque contra instalaciones presuntamente pertenecientes a Aidid era necesario para acabar con el terrorismo en ese país africano. "Hay momentos en los que hay que ponerse firmes y usar la fuerza", dijo el enviado especial de las Naciones Unidas a Mogadiscio, el almirante norteamericano retirado Jonathan Howe.
Por su parte, el portavoz de los cascos azules, Leann Swieczkowski, afirmó que la operación del lunes, en la que los helicópteros norteamericanos dispararon 16 misiles y numerosas ráfagas de ametralladora de 20 milímetros, servirá para reducir la violencia en el futuro.
Ambos representantes de la ONU explicaron que las tropas internacionales están cumpliendo con el mandato de desarmar a todas las facciones que luchan en la guerra civil de ese país, y comentaron que eso tiene que hacerse, a veces, al precio de vidas humanas. El almirante Howe advirtió que los cascos azules seguirán con su trabajo hasta que Mogadiscio esté desarmada. Las Naciones Unidas consideran que la acción militar de los cascos azules en la que murieron al menos 15 somalíes, según fuentes de Washington, 54, según la Cruz Roja en Nairobi, y 100, según Aidid, fue necesaria para combatir el "terrorismo" que practica este señor de la guerra y para evitar nuevos actos de violencia.
Condolencia de Butros-Gali
En Mogadiscio fueron recuperados ayer los cadáveres de tres de los cuatro periodistas apaleados hasta morir el día anterior por una masa enfurecida por el ataque de los helicópteros norteamericanos. El secretario general de la ONU, Butros Butros-Gali, expresó sus condolencias por la muerte de los cuatro informadores.
Los tres cadáveres que faltaban eran el del fotógrafo Hos Moina, de 38 años y el del técnico de sonido Anthony Macharia, de 22, que aparecieron cerca del céntrico mercado de Bakarra, y el del fotógrafo Hansi Krauss, de 30 años, que fue recuperado en otra parte de la ciudad. Junto a ellos fue ayer repatriado a Nairobi, capital de Kenia, el cuerpo del fotógrafo Dan Eldon, de 22 años, que murió asesinado en el mismo incidente.
Gali no se refirió a la necesidad de modificar el mandato de los cascos azules en Somalia. El actual presidente del Consejo de Seguridad, el británico David Hannay, dice que no hay planes de cambiar los integrantes o la misión de esas tropas.
El secretario general de la Organización para la Unidad Africana, Salim Ahmed Salim, ha pedido que el Consejo de Seguridad reconsidere cuanto antes el papel de los cascos azules en Somalia. En Washington, un portavoz del Pentágono afirmó que los soldados norteamericanos en Mogadiscio están en una actitud de "esperar y ver" si la ONU decide modificar la orden de detener a Aidid.
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