La CE destaca las rigideces del mercado laboral español

España se encuentra en cabeza de la Comunidad Europea en rigidez del mercado de trabajo, según el informe sobre el empleo correspondiente al año 1993 aprobado ayer por la Comisión Europea. El coste medio de despido en la CE es de 22 semanas de salario, pero en tres países, Italia, Grecia y España, alcanza hasta más de 40 semanas de salario. Asimismo, el movimiento de desreglamentación que ha caracterizado a buen número de economías nacionales en los años 80, ha tenido unos efectos muy limitados sobre las legislaciones de protección del empleo en la CE, y en España e Italia, se ha comprobado un reforzamiento de la reglamentación.El informe sobre empleo elaborado por la Dirección General de Empleo, Relaciones Industriales y Asuntos Sociales no aporta datos sustanciales nuevos al negro panorama ya conocido para este año y el próximo, si no son nuevas dosis de pesimismo, que sugieren unas perspectivas a largo plazo con un débil crecimiento y escasa creación de puestos de trabajo, incluso más allá del año 2.000. La CE debe disponer, según el informe, de mano de obra a precio razonable para una rentabilidad suficiente, sin que ello signifique a la vez la incompatibilidad con "los objetivos sociales que la unión económica debe garantizar".

El informe sobre empleo analiza la convergencia de los mercados laborales de los Doce desde el punto de vista de los costes de la mano de obra, productividad, jornada de trabajo, educación y formación profesional. Una de las conclusiones es la disminución de las diferencias entre regiones ricas y pobres, pero a la vez el mantenimiento de grandes disparidades entre los Estados miembros en el número de personas empleadas y en la duración de la jornada de trabajo.

El comisario de Asuntos Sociales, Padraig Flynn, explicó que había entrado en contacto con el Reino Unido para conocer si su gobierno pensaba seguir la política de autoexcluirse de la legislación social europea y que su interés había recibido una respuesta afirmativa. El Reino Unido, cuyos costes de mano de obra se cuentan entre los más bajos de la CE, "apenas superiores a España e Irlanda", según el informe, piensa así seguir su opt-out de la Europa social, al que el primer ministro John Major atribuye el origen del crecimiento económico que experimenta su país.

El informe de la CE desmiente también algunos argumentos sobre la flexibilidad del mercado de trabajo: las variaciones enormes en la fiscalidad de los Doce y en sus niveles de gasto público no parecen tener consecuencias directas en el empleo. Tampoco el grado de intervención del Estado y las subidas salariales no tienen por qué "producir efectos nefastos sobre la rentabilidad o la competitividad".