Croatas y musulmantes acuerdan levantar el cerco de dos cuarteles de la ONU en Bosnia central
La ONU logró ayer urdir un acuerdo y desactivar una situación peligrosa: el cerco de dos de sus cuarteles en Bosnia central. La Armija (Ejército) bosnia permitirá salir a dos jefes del Consejo Croata de Defensa (HVO) de la base canadiense de Visoko, y los croatas de Kiseljak pondrán, a cambio, en libertad a cuatro prisioneros musulmanes. La orden del general Rasim Delic, jefe de las tropas bosnias, aún no había sido cumplida en la noche de ayer. En Sarajevo, entretanto, prosiguieron los bombardeos serbios, que ocasionaron la muerte de tres personas y heridas a otras 31, entre ellas 11 niños.
Los cascos azules de los cuarteles de Kiseljalc y Visoko han dejado de ser potenciales rehenes de sus sitiadores, croatas y musulmanes, respectivamente. El mando de las Fuerzas de Protección de las Naciortes Unidas (Unprofor) en Bosnia-Herzegovina logró ayer, tras varias horas de negociación, poner fin a una crisis peligrosa."El general de brigada británico Veres Hayes garantizará personalmente la libertad de movimiento de los [dos] comandantes del HVO [retenidos en la base canadiense de Visolco] hasta Kiseljak", aflirma un comunicado del líder croata de Bosnia-Herzegovina, Mate Boban. A cambio, "el HVO de Kiselkak entregará a Hayes en persona los cuatro prisioneros musulmanes". Este es el contenido del acuerdo alcanzado ayer entre: croatas, musulmanes y los mandos militares de la ONU en la ex Yugoslavia.
Milicianos del HVO rodearon durante el fin de semana el cuartel general de Unprofor en Kiseljak e impidieron el libre movimiento de los cascos azules allí destinados, en represalia por el cerco musulmán sobre el cuartel canadiense de Visoko. En este centro se hallaban retenidos desde el 1 de julio dos importantes jefes croatas, entre ellos Ivica Rajic, comandante del HVO en la región central de Bosnia.
Ayer, tras largas negociaciones, el general Delic ordenó a sus hombres de Visoko el levantamiento del cerco al cuartel de la ONU para permitir la salida de los jefes del HVO. Al cierre de esta edición se desconocía si la orden había sido cumplida.
Entretanto, los combates se mantienen con gran intensidad en Bosnia central. En Maglaj, rodeada por la nueva alianza entre serbios y croatas, la situación es crítica, según los radioaficionados locales. Prosiguen los choques armados en el sur de Zepce, que hace una semana le fue arrebatada a los musulmanes, y en Gornik Vakuf, aún en manos de la Armija. Gornik Vakuf es el paso obligado de los convoyes humanitarios con destino al centro y al norte de Bosnia.
En Mostar, capital de la Herzegovina, la lucha entre croatas y musulmanes se centra en las últimas horas en el control del sector de Potoci, en el centro de la ciudad. Mientras tanto, la guerra se ha activado en el norte de Bosnia.
El corredor serbio
Los musulmanes han lanzado una nueva ofensiva cerca de Brcko, en el corredor serbio. En Gradacac, a unos 150 kilómetros al norte de Sarajevo, los serbios han disparado más de 1.500 granadas en tan sólo 24 horas.
En Sarajevo, la guerra no descansa un solo día. Ayer, coincidiendo con la primera visita a la capital del nuevo comandante en jefe de Unprofor en la antigua Yugoslavia, el general francés Jean Cot, la artillería serbia que rodea la ciudad abrió de nuevo fuego de forma indiscriminada. Su labor la completaron los francotiradores.
Tres personas, entre ellas Christine Witcutt, una británica miembro de la organización humanitaria Ayuda Directa, resultaron muertas. Entre los 31 heridos, 11 son niños. Tres de ellos se encuentran en grave estado en el hospital de Kosevo. Los niños fueron alcanzados por las granadas en el distrito de Buca Potok. Meliha Sabeta, de 11 años, tuvo la peor suerte: murió en la mesa de operaciones.
La situación de Sarajevo se vuelve cada vez más dramática. Escasea el agua potable. La insalubridad de muchas de las instalaciones, dañadas por la guerra, y la llegada de los peores calores del verano aumentan los riesgos de epidemia, según los responsables médicos, que se quejan, además, de la escasez de luz. "Estamos operando con velas, como nuestros colegas del siglo XVIII", asegura Abdulah Nakas, cirujano de Kosevo.
En estas condiciones, la organización pacifista Mir Sada (Paz Ahora) ha convocado una marcha de la paz sobre Sarajevo del 2 al 17 de agosto, en la que pretenden llevar a la capital bosnia a 10.000 personas procedentes de toda Europa. Con este gesto pretenden llamar la atención sobre la guerra.
Macedonia, posible escenario de una eventual extensión del conflicto de la antigua Yugoslavia, se encuentra desde ayer protegida por los primeros 30 soldados norteamericanos, encargados de preparar el despliegue del grueso de una fuerza de la ONU de unos 700 hombres.
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