Temor en Guatemala a que el asesinato de Carpio sea un compló desestabilizador

Las versiones contradictorias sobre cómo se produjo el asesinato, en la noche del sábado, del periodista y dirigente político centrista Jorge Carpio Nicolle y quién está detrás del atentado se convirtieron en el centro de los multitudinarios funerales del político, enterrado ayer en un cementerio privado de la capital guatemalteca. La Iglesia y otros sectores políticos temen que el asesinato de Carpio, fundador de la Unión del Centro Nacional (UCN), sea un intento de boicotear el proceso democrático en el país centroamericano que encabeza el actual presidente, Ramiro de León Carpio, primo del asesinado.

La Unión Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG, comando unificado de las cuatro facciones guerrilleras que operan en el país) ha negado que unidades rebeldes fueran las autoras de esta muerte, como habían denunciado algunos de los supervivientes del atentado. Además, en un comunicado divulgado en la ciudad de México, la URNG, condenó el asesinato, que calificó de "acontecimiento trágico".Para los rebeldes, la acción obedece a "una trama urdida por los sectores más recalcitrantes, con el fin de poner obstáculos al camino de paz y reconciliación que el pueblo guatemalteco demanda". "Hechos de esta naturaleza", añaden, "están totalmente alejados de los objetivos y métodos de la URNG y constituyen un intento de impedir que el Presidente Ramiro de León Carpio recorra la vía de la solución política al conflicto armado".

El propio presidente de la república, Ramiro de León Carpio, primo carnal del desaparecido, declaró que su Gobierno ha ordenado una minuciosa investigación para tratar de esclarecer el crimen.

El jefe del Estado guatemalteco indicó que en el lugar donde se produjo el asesinato, en la norteña provincia de El Quiché, ha operado en los últimos meses una banda de delincuentes comunes y señaló que los primeros indicios apuntan a ese grupo como el principal sospechoso.

'Escuadrones de la muerte'

Este atentado no ha sido el único, aunque sí el más llamativo que se ha registrado en Guatemala durante los últimos días. Esta circunstancia ha hecho cundir entre la opinión pública el temor a un resurgimiento de los tristemente célebres escuadrones de la muerte, que comenzaron a sembrar de cadáveres el país desde la década de los años sesenta.La Comisión de Derechos Humanos del Arzobispado guatemalteco ha expresado en un comunicado su repudio al crimen y condena la reiteración de acciones criminales "con clara significación política, cuyo denominador común es el ataque contra dirigentes de la vida política del país, con la pretensión de crear un clima de desestabilización y zozobra que impida el desarrollo de un espacio democrático, fortalecido a raíz de que fuera abortado el intento de ruptura institucional promovido por el expresidente Jorge Serrano en mayo pasado". La Iglesia católica expresa también su temor de que la impunidad de ese tipo de acciones conlleve la generalización de estos hechos y con ello se desvanezcan las expectativas creadas con la instauración del nuevo Gobierno.

Carpio, director del periódico El Gráfico, fue el candidato que obtuvo más votos en la primera ronda electoral de las presidenciales de 1991, que en segunda vuelta ganó Serrano.