China ayudará a Irán a fabricar una planta nuclear
El anuncio de que China colaborará técnicamente con Irán en la fabricación de una planta nuclear de 300 megavatios, confirmado por fuentes oficiales, aunque con la precisión de que su uso será pacífico, inquieta a quienes sospechan que instalaciones de esas características pueden dedicarse a fines bélicos.El acuerdo entre los dos países confirma las informaciones publicadas a principios de año en el sentido de que la aproximación comercial de Pekín con varios países del Oriente Próximo incluye tecnología susceptible de desarrollar armas nucleares.
China, que recibió de la desaparecida URSS, en los años cincuenta, masivas inyecciones de esa tecnología, ha colaborado en la renovación de los arsenales bélicos de países como Irán, Irak, Siria, Corea del Norte o Libia. Expertos militares occidentales afirman que el suministro del material necesario para el desarrollo de sistemas de misiles y la construcción de plantas nucleares en Pakistán y Siria viene de hecho de años atrás.
Los informes, desmentidos siempre por el Partido Comunista Chino (PCCh), señalaban que la colaboración en ese campo aumentó considerablemente con Irán hace dos años, al proporcionarse a los técnicos de este país material para enriquecer uranio.
Diversos analistas estimaron que, a pesar de haberse comprometido China con la legislación internacional encaminada a la no proliferación de armamento de destrucción masiva, ignoró su espíritu, cuando no su letra.
El Ejército de Liberación Popular chino (PLA) dispone de más de 30.000 factorías para construir armas. En ellas trabajan 20 millones de personas, y constituyen de hecho un buen negocio de venta. La exportación de fusiles AK-47, minas antipersonales, misiles, tanques T-69, cazas de combate réplicas de los MIG- 19 y MIG-21 o baterías de grueso calibre, constituye un negocio que nunca fue desaprovechado. Se calcula que entre 1984 y 1987 China vendió al Tercer Mundo armamento valorado en 5.000 millones de dólares (unos 600.000 millones de pesetas).
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