_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Colaterales

Los muertos iraquíes perpetrados por los viriles misilazos del hombre que -según declaró ampliamente en su momento la modelo que se acostó con él- la tiene pequeñita -son los más peligrosos: si su pene no está a la altura de su falo se ponen muy farrucos con el armamento punta- se han convertido en efectos colaterales. Me gusta. Al fin, una forma sensata de definir a los que siempre están donde no deben y reciben en la cabeza chupinazos que iban dirigidos a objetivos concretos. Son colaterales, por ejemplo, los bosnios. A esa maldita condición, no a las ambiciones de sus vecinos ni a la ineptitud cobarde de la comunidad intemacional, le deben hallarse en trance de extinción.Me gusta, repito. Nada de víctimas civiles -aunque, si se transmutan en víctimas ' algo habrán hecho-, ni de elementos étnicamente aseados. Se aceptan colateralmente por el efecto de lo fundamental, y eso, a todas luces, es asunto suyo. La típica tozudez de gente que se empeña en vivir y hasta en reproducirse.

Fíjense bien: la de efectos colaterales que deben de estar dejando los ex pacificadores de la ONU a su paso por Somalia, habida cuenta de la precisión de que suelen ser capaces a la hora de distinguir un objetivo principal de uno colateral. En este caso, además, todos son negros.

Hay quienes, sin saberlo, llevan décadas sufriendo de colateralitis crónica: los palestinos, por ejemplo. Si será así que, cuando ellos matan israelíes, los asesinan, mientras que, cuando son asesinados por sus vecinos, caen muertos (véase cualquier periódico) por su propio impulso. Fueron colaterales avant la lettre, qué tíos.

Ahora lo comprendo todo.- Juanchu Rodríguez fue un efecto colateral. Si llego a saberlo cuando traje de vuelta su cadáver, después de lo de Panamá, no me habría alterado tanto.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_