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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

La labor del Parlamento Europeo

En EL PAÍS del 19 de junio, el periodista Ignacio Cembrero se extiende en la necesidad de potenciar las funciones del Parlamento Europeo. Cuantos llevamos esforzándonos, dentro y fuera de la Cámara, en aumentar su actividad y eficacia le agredecemos esta atención.El señor Cembrero parece dudar sobre la seriedad y rigor de los trabajos del Parlamento Europeo. Aparece en su análisis una bastante extendida, pero poco justificable en un profesional de la información, opinión en la que prevalece lo pintoresco. Es decir, los chistes y humoradas de pasillo. Así, cita la atención sobre los usos sexuales de las minorías étnicas en Tayikistán como si esos temas tiñesen las dedicaciones parlamentarias y calificasen a los miembros de la Cámara.

Poco o nada dice de la labor legislativa del PE, intensificada durante el proceso de realización del mercado único, de la labor de control de la Comisión y del Consejo, de la cooperación institucional con estos órganos, del carácter del Parlamento como Cámara de ideas y como motor de los proyectos europeos. Tampoco de la pugna en que estamos todos o la mayoría de los miembros empeñados para reducir el déficit de representatividad de las instituciones, una de las causas principales de la corriente del escepticismo europeo.

Como cabeza de un grupo político español en la Cámara, a la vez agradezco la atención del señor Cembrero y le incito a un mayor rigor que no puede serle imposible dadas sus probadas cualidades. No me cabe, asimismo, sin incurrir en descortesía, ignorar lo que pudiera parecer provocación.

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Dice el señor Cembrero que para la próxima Asamblea de Estrasburgo deben escogerse por los partidos como cabezas de listas "a pesos pesados de la política nacional y no políticos prejubilados". En la frase siguiente me coloca literalmente entre estos últimos.

El señor Cembrero, que ya en algunas ocasiones anteriores buscó el conflicto con personalidades españolas en funciones relevantes en la Comunidad, tiene un derecho absoluto a sus opiniones. Incluso es libre de promover candidatos a cualquier función.

Éste es un momento demasiado importante de la vida española para que sus lectores distraigan su atención de temas decisivos y la fijen un solo minuto en mi eventual voluntad o no en mantenerme en la función que desempeño. En todo caso, es demasiado pronto para especulaciones y aún más temprano para decisiones.

No obstante, el periodista citado podría, tal vez, obtener algún provecho de dos reflexiones. A veces no se ayuda a quien se desea beneficiar con descalificaciones a tercero fuera de tiempo. El factor oportunidad es decisivo. En segundo lugar, el concepto prejubilado, aunque su intención peyorativa es inocultable, nada dice, o dice poco por ser general y de aplicación universal. Todos somos prejubilados de algo. De la misma manera que todos somos premuertos, es decir mortales. De personas que algunos desearían

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