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Madrid expresó su dolor y su rabia en silencio

Madrid vivió a mediodía de ayer cinco minutos de dolorosa parálisis. Miles de ciudadanos aguardaron a que los relojes diesen las doce para mostrar en las calles y los centros de trabajo su rabia por los siete asesinatos cometidos el lunes por ETA. La muda protesta, convocada por CC OO y UGT, fue seguida en toda la capital, que quedó casi parada: se detuvo el tráfico, hicieron un alto el metro y Renfe, los autobuses dejaron de circular y miles de vecinos permanecieron firmes para expresar su dolor. El País Vasco vivirá hoy un duelo similar convocado por todas las instituciones y partidos, salvo HB.

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Una de las heridas continuaba ayer en estado crítico

Los trabajadores de la gran mayoría de empresas, dependencias oficiales y comercios madrileños, así como los centros de enseñanza, se sumaron de forma masiva a la concentración, en muchas ocasiones saliendo a la puerta de sus lugares de trabajo.En el lugar donde el coche bomba de ETA segó la vida de seis militares y un funcionario civil de Defensa -en la glorieta de López de Hoyos- se concentraron más de 300 peatones. Otros tantos automovilistas hicieron un alto en su camino. Allí se reunieron vecinos de los edificios afectados, trabajadores municipales que rehabilitan las viviendas o un grupo de escolares de un colegio próximo que depositó una corona de flores.

Los rostros de algunos de ellos bordeaban el llanto al recordar la tragedia, los siete muertos y 25 heridos que causó la barbarie. Vecinos del lugar se preguntaban cómo habían vivido las horas de miedo. "Y los terroristas, mientras, se ríen", se enfurecía uno de ellos.

En la plaza de la Villa, el alcalde, José María Álvarez del Manzano, encabezó la protesta de toda la corporación, representantes de la oposición y funcionarios. Joaquín Leguina, presidente de la Comunidad de Madrid, permaneció ante la sede del Gobierno regional, al igual que el presidente de la Asamblea de Madrid, Pedro Díez.

Más de mil funcionarios civiles y militares y responsables de Defensa, algunos de ellos compañeros de los asesinados, se reunieron en el patio del ministerio.

Pero no sólo las instituciones callaron. Celia Vega, de 17 años, exigía a los terroristas que "reflexionen'.'. "Durante los cinco minutos, sólo pedía a Dios por las almas de las víctimas", aseguraba en la Puerta del Sol, informa Arantxa Górizalez, de 24 años, afirmaba rotunda que en el País Vasco -su lugar natal- la inmensa mayoría de los ciudadanos repudia la violencia.

La premura en la convocatoria hizo que muchos madrileños no pudieran sumarse a la protesta por desconocimiento. "Nadie nos lo ha comunicado", indicaba una trabajadora de la sede central de Correos, en Cibeles. "Si lo llego a saber, lo hago [el silencio]". Su compañero Enrique, que sí se sumó a la repulsa, decía que "es lo mínimo que se puede hacer, aunque no sirva".

Junto al Banco de España y la Casa de América, a pocos metros del lugar donde los siete féretros fueron despedidos el martes, también reinó el espeso silencio, informa Inés García-Albi. "Tenían que dar más datos sobre estas cosas, decirlo por la tele y la radio", decían dos señoras.

En todas las calles, un cerrado aplauso en memoria de las víctimas puso punto final a la expresión de la rabia de toda una ciudad sacudida por los asesinos.

Los colegiales de- Alcalá

En Alcalá de Henares, donde residían los seis militares caídos, la Corporación y los trabajadores del Ayuntamiento salieron a la calle, informa Javier Barrio.

Pero el acto más emotivo fue el que realizaron los vecinos de la colonia Ciudad del Aire, donde vivían dos de los tenientes coroneles asesinados. Aquí los cinco minutos de silencio fueron reemplazados por una misa. El colegio Ciudad del Aire suspendió todas las actividades programadas para celebrar el fin de curso.

Tras la misa y a iniciativa de los escolares de ese centro, unas 300 personas recorrieron en silencio los más de dos kilómetros que separan la colonia militar del Ayuntamiento. Una pancarta con la frase "ETA deja ya de matar" abría la manifestación.

Mientras, el País Vasco vivirá hoy una protesta similar. Los cinco minutos de silencio han sido convocados por los partidos firmantes del Pacto de Ajuria Enea y la mayoría de las instituciones. El lehendakari, José Antonio Ardanza, apeló ayer a los sectores del denominado Movimiento de Liberación Nacional Vasco (MLNV) opuestos a la violencia a que "digan basta".

Repulsa institucional

También siguió un minuto de silencio el Pleno del Parlamento de Canarias.

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