Un museo demasiado activo
El exceso de visitas causa averías diarias en el nuevo centro de ciencia Acciona
Escolástica, de 67 años, gira emocionada la manivela que genera energía hasta encender la bombilia roja entre los aplausos de un grupo de niños. Es abuela de uno de los alumnos de la escuela de San Pedro de Arroyo (Ávila) que fueron hasta Alcobendas (Madrid) para conocer el Museo interactivo de ciencia Acciona. Pero su alegría se torna decepción cuando ve que todas las hormigas del hormiguero de cristal está muertas. Las reiteradas quejas de algunos visitantes por las averías de muchos de los aparatos de Acciona, museo que costó mil millones de pesetas, se deben al exceso de visitantes que ha superado las expectativas, asegura su director Francisco de Blas. A los tres meses de su inauguración, el centro ha recibido ya unas 155.000 visitas cuando se había previsto medio millón en todo el año.
Toque, juegue y experimente es el lema del centro. Los visitantes se lo han tomado tan en serio que los aparatos sufren frecuentemente desperfectos. Fueron diseñados para ser tocados, pero no por tantas manos ni con tanta fuerza.
"Hemos tenido una afluencia excesiva de visitantes motivada por el deseo de los profesores de traer a sus alumnos antes de terminar el curso, y eso nos ha obligado a admitir hasta 1.500 personas diarias", dice Francisco de Blas. Reconoce que esta situación y la falta de experiencia del personal en el manejo de centros interactivos son las causas del descontrol en la circulación dentro del museo y de las averías en los juegos.
Pero además, indica De Blas, muchos de los visitantes llegan con un espíritu destructivo y de nulo respeto por los experimentos. Prácticamente a diario se tiene que reparar algún aparato, e incluso algún visitante se llevó un holograma de recuerdo.
"En Madrid nunca había existido una experiencia interactiva. Lo que queremos es que la gente venga y toque. Aquí no hay monitores ni mediatización, es la gente en contacto directo con la ciencia y ese es el riesgo que asumimos. Preferimos reparar las cosas a diario a tener vigilantes y desvirtuar el sentido del centro. La gente poco a poco va a aprender a respetar el museo", señala el director de Acciona, que asegura que a partir de septiembre se tomarán medidas como aumentar la vigilancia y restringir el número de visitantes por día para solucionar estos problemas.
A pesar del éxito del museo en sus primeros meses de existencia, algunos de sus proyectos iniciales se han retrasado por la falta de recursos financieros. El Aula del Futuro, un laboratorio de fisi ca, química, biología y tecnología para visitas en grupo, se inagurará el 1 de julio con dos meses de retraso. La construcción de una sala del espacio y la instalación de una Omnimax -una carpa / cine gigante similar a la de la Expo de Sevilla- están aún lejanas.
Acciona prepara, según su director, dos grandes exposiciones para este año. España en órbita, que a principios de julio mostrará las aportaciones de este país a la carrera espacial. Como parte del evento se realizará un ciclo de conferencias con el astronauta español Pedro Duque y con el director del Astrofisico de Canarias, Francisco Sánchez.
El museo interactivo montará además unas pantallas gigantes para retransmitir en directo el lanzamiento del Hispasat II previsto para esas fechas.
Dentro de la moda de los dinosaurios que amenaza con invadir el planeta millones de años después, en noviembre llegarán al museo 14 de estos mastodontes de tamaño natural fabricados en Japón y que, según De Blas, tienen una capacidad de animación superior a los construidos hasta ahora. "Les daremos a los dinosaurios", cuenta, "un tratamiento mucho más científico que el que le han dado exposiciones similares, pero al mismo tiempo será una exposición artística. Son esculturas fantásticas que reproducen una verdad científica fruto de una apasionante investigación".
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