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A la espera de otra 'marcha verde'

Rabat prepara el envío de miles de marroquíes al Sáhara para que voten en el referéndum

El Aaiún, la ex capital del Sáhara español, está preparada para recibir una tercera marcha verde, como la que los marroquíes realizaron en noviembre de 1975 y repitieron en septiembre de 1991. En esta última ocasión, unas 35.000 personas procedentes de todo el reino se asentaron en la ciudad, bajo las tiendas de lona, en los Campamentos de la Unidad, con la intención de participar, cuando llegue la ocasion, en el referéndum de autodeterminación impulsado por las Naciones Unidas. Ahora, Rabat espera repetir la experiencia.

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No sabe, no contesta

La iniciativa de los 35.000 está alentada por el Gobierno de Marruecos que intenta imponer así su propia lista de votantes en el referéndum. Asegura que son originarios del Sáhara occidental y que tuvieron que abandonar el territorio como consecuencia de la represión ejercida por los ejércitos español y francés durante la época colonial, y muy especialmente por la Operación Ecouvillon, efectuada durante los años 1957 y 1958 contra el Ejército Nacional de Liberación Marroquí. Debido a ello, esta población no está incluida en el censo de 1974 y su llegada tiene como único objetivo volver a su región de origen y forzar con su presencia su inclusión en el censo.Todo parece preparado para recibir una nueva expedición. Más allá del antiguo cuartel del Tercio español, llamado popularmente el cuartel del camello, al pie de la carretera que une El Aaiún con Smara, se extiende una llanura perfectamente urbanizada. En ella podrían instalarse las tiendas para alojar a los integrantes de la próxima marcha. Nadie sabe con exactitud cuándo llegarán a El Aaiún, pero los notables de la operación anterior aseguran que "será pronto" y que "llegarán por millares".

Mientras, se consolida el antiguo campamento de expedicionarios llegados en septiembre de 1991. Hasta hace poco han vivido de manera provisional, en una ciudad de lona, bajo las tiendas de campaña. Pero ahora los más emprendedores han empezado a construir sus casas de adobe y cemento en unos terrenos cedidos por el Gobierno, y tras comprar los materiales con las ayudas estatales de promoción de la vivienda, distribuidos por el ministerio. Otros han optado por abrir entre las Jaimas sus pequeños comercios o talleres artesanales.

Una nueva ciudad

Han surgido decenas de tiendas de ventas de viveres, pequeños bazares, cafeterías, peluquerías, panaderías o sastrerías. Es corrió una nueva ciudad. Pero, además, el campamento goza ya de entidad administrativa propia y cuatro de sus vecinos se han convertido en concejales del Ayuntamiento de El Aaiún, tras haber sido elegidos en los comicios municipales celebrados el pasado mes de octubre. La voz de los ciudadanos del campamento se escucha ya en los plenos.

Todo sucede bajo la mirada, en apariencia indiferente, de esos más de 300 hombres de la M¡nurso (Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum en el Sáhara Occidental) que desde el mes de septiembre de 1991 se encuentran desplegados en la zona para preparar la consulta sobre la autodeterminación, de acuerdo con la resolución de la ONU. Por ahora, su labor es de vigilancia para que se respete el alto el fuego decretado para los beligerantes. Es una misión tranquila y aburrida que se efectúa desde 10 puntos de observación.

Constituyen una compleja y abigarrada familia multirracial, de las más dispares nacionalidades, que se ha enriquecido en los últimos días con la llegada de los chinos. Comen con avidez en el bufé del restaurante Al Massira (3.250 pesetas él cubierto) y ocupan prácticamente al completo las habitaciones de este hotel (6.500 pesetas diarias) y las del más lujoso Parador, construido durante la época colonial española bajo el impulso del ex ministro de Información y Turismo Manuel Fraga Iribarne. Un enjambre de vehículos blancos, todoterreno, con las siglas en negro de la ONU, se mueve incesantemente por toda la ciudad.

Nada de eso parece inquietar a los vecinos de El Aaiún, que aseguran que los hombres de la Minurso destacados en El Aaiún "disfrutan" de unas "vacaciones privilegiadas" con respecto a sus compañeros de Somalia o de Bosnia-Herzegovina. Los saharauis tampoco se indignan por ello y sólo parecen interesados por el desarrollo de la campaña electoral de las próximas elecciones legislativas.

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