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LA NUEVA LEGISLATURA

Arzalluz tampoco dio calabazas a González

El dirigente vasco se inclina por un pacto de legislatura, sin descartar el Gobierno de coalición

El jefe del Gobierno en funciones, Felipe González, ofreció ayer al presidente del Partido Nacionalista Vasco (PNV), Xabier Arzalluz, como lo hiciera la víspera a Jordi Pujol, presidente de la Generalitat de Cataluña, la entrada en un Gobierno de coalición con los socialistas. Arzalluz dejó clara su preferencia por un pacto de legislatura con los socialistas antes que comprometerse a un Gobierno de coalición, si bien tampoco rechazó esta hipótesis. Ante la insistencia de González de comprometerle en un Gobierno de coalición, Arzalluz señaló que lo analizará este fin de semana con su partido y la semana que viene responderá. El dirigente nacionalista vasco aseguró a Felipe González, en todo caso, su, compromiso de garantizar la estabilidad del próxima Gobierno que presida

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Felipe González se entrevistó con, Xabier Arzalluz durante una hora y media, una hora menos que con Jordi Pujol. El político vasco, ya estaba al tanto del contenido del planteamiento y de la oferta que le iba a hacer González porque durante la mañana había conversado telefónicamente con el presidente de la Generalitat. Por eso Arzalluz no se sorprendió cuando, al igual que la víspera hizo con Pujol, Felipe González le hizo una única oferta: entrar en un Gobierno de coalición con socialistas y nacionalistas catalanes.Por el mismo motivo, Arzalluz tenía preparada su respuesta a González y fue más explícito ante los periodistas al salir de la Moncloa.

El dirigente nacionalista contesté al jefe del Gobierno en funciones que él se inclinaba por un pacto de legislatura que asegure la estabilidad del Gobierno, sin llegar al Gobierno de coalición. "Le he expresado la dificultad que supone entrar en el Gobierno, porque nunca la hemos contemplado, y más bien creo que nuestro partido no está por la labor. No solamente hay la forma de coalición, sino que hay otras maneras de consolidar la acción de Gobierno. Nuestra colaboración puede ser un pacto de legislatura", dijo Arzalluz. Pero ante la insistencia de González, Arzalluz se comprometió, como lo hizo la víspera Pujol, a consultarlo con su partido y responder a González en una reunión que se celebrará la próxima semana, una vez que el líder socialista regrese de la cumbre de Copenhague. Previamente, catalanes y vascos coordinarán sus posiciones.

Así, el baile de entrevistas abierto por González el pasado miércoles concluye en su primera fase con un hecho concreto: PNVy CiU meditarán su oferta pero, ole entrada, no le han dado calabazas.

Disposición a la gobernabilidad

El líder nacionalista vasco quiso dejar claro a González su buena disposición a colaborar en la gobernabilidad de España. "No es nuestro propósito escaqueamos en una responsabilidad que es de todos. Apoyaremos las medidas del Gobierno para salir de la crítica situación en que nos encontramos y apelaremos a la responsabilidad de todos", dijo el presidente del PNV.

Admitió que estaba de acuerdo con González en las grandes líneas de la política económica y europea. Pero también señaló que un compromiso de gobernabilidad debe venir precedido de una profundización, y para eso se necesita algo más de una semana. "No estamos absolutamente nada lejos, pero eso es una cuestión, y otra emprender una acción de gobierno conjunta durante cuatro años ostentando niveles de poder diferenciados muchas veces en litigio", dijo Arzalluz unos minutos después de entrevistarse con González. En línea con una posición asumida de compromiso, Arzalluz dejó claro su criterio de que el acuerdo al que llegue con los socialistas será firme y no sujeto, dentro de lo posible, a vaivenes. "No queremos fracasar, por lo que, si aceptamos un acuerdo, lo será para cuatro años". En este mismo sentido manifestó que "la situación económica es más dura de lo que la opinión pública cree".

Arzalluz dio garantías de que había venido a reunirse con González sin poner condiciones. "Debe quedar claro que, si España no se vende, tampoco se vende el País Vasco", dijo en referencia a las manifestaciones de González durante la campaña electoral en las que señaló que no entraría en una compraventa con los nacionalistas.

Felipe González, por su parte, ofreció garantías a Arzalluz de que el desarrollo autonómico se canalizará mejor con una participación de los nacionalistas en el Gobierno, y Arzalluz le tranquilizó cuando le dijo que, para entrar en un posible Gobierno conjunto, no pondrá condiciones como la autodeterminación, aunque no quiso llamarle a engaño y aseguré que su partido no renuncia a esta demanda clásica.

La primera conversación entre González y Arzalluz se mantuvo en un tono sincero, de tal manera que, según manifestó el líder nacionalista vasco, le fue poniendo a González todos los obstáculos que estaban en el ambiente, entre ellos el rechazo que. produce en algunos sectores sociales y de opinión la inclusión de los nacionalistas vascos en el Gobierno de España.

Advirtió a González que pensara bien la oferta porque había observado "a lo largo de la campana en gente que hace opinión, en periódicos de gran tirada e influencia y en encuestas que se han manejado, el considerar que nacionalistas vascos dentro del Gobierno es intolerable porque sería como meter el enemigo en casa". "Le he dicho a González que pienso que tal vez no sea para él tan útil a la hora de abordar tantos problemas el meter en el Gobierno a gente como nosotros, tan indeseable para tantos. González ha dicho ser consciente de ello, por lo que la conversación ha sido más fácil".

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