Pujol promete a González meditar su oferta

ANABEL DÍEZ / LUIS R. AIZPEOLEA El presidente de la Generalitat de Cataluña, Jordi Pujol, se comprometió ayer con el presidente del Gobierno, Felipe González, a "reflexionar" sobre la invitación a formar un Gabinete de coalición en España, del que también formaría parte el PNV. La situación política y económica, así como el reto de la construcción europea, fueron las razones esgrimidas por el líder socialista a favor de un Gobierno compartido. Pujol contestó que, en principio, Convergència i Unió es más favorable a lograr acuerdos concretos en las áreas económica y autonómica, pero González le insistió en que su oferta es un Ejecutivo de coalición. La próxima semana, en una segunda entrevista, se concretarán más las posiciones, una vez que Pujol haya consultado a su partido.

Pujol ya ha conseguido lo que llevaba días demandando: que González "abriera el baile". Ambos se movieron ayer en el terreno del análisis de la situación general. La coincidencia en el diagnóstico y en la resolución de los problemas es lo que ha hecho que Felipe González quiera compartir el Gobierno con Convergència i Unió.Abrededor de dos horas y media de conversación en La Moncloa en el transcurso de un almuerzo permitieron a Felipe González exponer a Jordi Pujol cuáles son las razones que le hacen pensar que la formación política catalana es la adecuada para entrar en un Gobierno con los socialistas y los nacionalistas vascos.

Pujol fue extremadamente cauteloso y abandonó Madrid sin dar una respuesta definitiva. a González. No sólo eso; intentó cambiar el planteamiento y dijo al líder socialista que, en principio, tanto él como Convergència i Unió entendían que participar en ese Gobierno no era lo más conveniente, y que quizás podían contribuir mejor a la gobernabilidad de España alcanzando acuerdos concretos en los terrenos económico y autonómico.

González, sin embargo, cerré la salida a su interlocutor al insistirle en que él quiere hablar de un pacto de gobierno y que, si así lo deseaba CiU, la incorporación nacionalista a ese Ejecutivo de coalición podría producirse en una segunda fase, coincidiendo, por ejemplo, con la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado.

Según personas próximas a los reunidos, entre ambos hubo un clima agradable y relajado, ambiente que no se ha dado en la mayoría de sus anteriores contactos. A la salida del palacio, el político catalán señaló que la conversación le había resultado "muy interesante", aunque ninguno de los dos había traspasado el límite "del análisis". Es decir, no se hablé de las posibles carteras ministeriales que obtendría Convergència i Unió si acepta la oferta, ni tampoco si los 17 parlamentarios de esta fuerza apoyarán la investidura Felipe de González.

Pujol dejó claro que González no le había pedido nada y, para justificarlo señaló, en defensa de González, que el presidente del Gobierno "es un político serio al que le gusta hablar de los problemas en profundidad". Pujol precisé que lo decía como "un elogio".

El presidente de la Generalitat no quiso comentar ante los periodistas cuál es su posición respecto a un Gobierno de coalición para no "enturbiar" la situación política. "Mi posición es conocida, pero no la voy a decir por coherencia y por deferencia al presidente".

Resistencia inicial

En su conversación con González, Pujol había sido más claro y le había explicado que no quería ocultarle que las conversaciones se iniciaban con una negativa a la idea de un Gobierno de coalición. "A pesar de todo, lo tenemos que estudiar", dijo al llegar a Barcelona. Pujol quedó con González en concretar su respuesta el miércoles, en que volverán a hablar, bien para entrevistarse ese día o bien para fijar fecha para una próxima entrevista. Previamente se reunirán los órganos de dirección de Convergència y de Unió.

Pocas veces la presencia del presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, ha levantado tanta expectación en Madrid. A la sombra de una arboleda, en el palacio de La Moncloa, Pujol realizó las declaraciones sin ahorrarse sus gestos característicos. Combinó la trascendencia que quiso dar a un acto que concitaba tanta expectación con un cierto tono de chanza. "Ya lo siento, pero no van a tener titulares espectaculares", dijo reiteradamente a los periodistas para restar expectativas. Jordi Pujol habló elogiosamente del tono y profundidad que imprimió Felipe González a la conversación.

El líder socialista terminará hoy, después de entrevistarse con el presidente del Partido Nacionalista Vasco, Xabier Arzalluz, este primer tanteo para conocer la posición de los nacionalistas y de Izquierda Unida, cuyo representante fue llamado en primer lugar.

A la vuelta de la cumbre de Copenhague -donde estará del domingo al martes- volverá a llamar a los mismos interlocutores, pero esa vez empezando por Pujol, quien ayer no olvidó dejarle claro que su principal discrepancia con el Gobierno socialista ha sido y sigue siendo el desarrollo autonómico.

El proyecto de un Gobierno de coalición con nacionalistas fue ratificado ayer en Sevilla por. la ministra portavoz, Rosa Conde, informa Inmaculada Ruiz. "Felipe González considera que un Gobierno estable con PNV y CiU puede garantizar la gobernabilidad necesaria para hacer frente a los problemas que el país tiene en estos momentos de crisis", respondió la ministra a los periodistas que le preguntaron sobre las conversaciones que mantiene el presidente.

Rosa Conde negó que se hablara de pacto de legislatura en la reunión entre González y el dirigente de IU Francisco Frutos, celebrada el miércoles, aunque añadió que "nada es descartable".