Joselito: "Hoy he explotado como torero"
La alegría que embargaba a Joselito en la habitación del hotel, al término del festejo, era medida, serena y reflexiva, pese a encontrarse muy satisfecho de su actuación: "Hoy he explotado al máximo como torero, casi igual que el día de mi alternativa, donde empezó todo; pero me faltó un toro claro para redondear un 1 triunfo histórico".El matador, que presumía de haber estado por encima de la situación general y de los seis toros, señalaba haberse divertido en el ruedo, donde cumplió su promesa de mostrarse muy dispuesto y sobre todo con mucha variedad: "Era fundamental para no aburrir; la lástima es que con. la muleta no se prestasen a suertes todavía más variadas". Con el capote sí pudo lucir casi todo lo que había preparado, "aunque todavía sé otras, aprendidas de mis tiempos de la escuela taurina", apuntaba, y destacaba su primer quite al segundo toro: "Una orticina con caracolina; vaya sorpresa, ¿no?".
Sin embargo no estaba contento de cómo funcionó con lo que dicen es su especialidad, la espada, "hasta el punto de que reconozco que casi echo a perder la salida a hombros por esta razón", ni del juego de los toros, de los que sólo salvaba al primero y cuarto, y calificaba al de Victorino, y al de Salvador Domecq, de "malos y decepcionantes". Aunque el resumen global de su actuación era positivo, "por haber superado este difícil reto, algo fantástico e inolvidable", expresaba un pequeño reparo en tono humorístico: "Lo malo es que ahora me van a pedir esta variedad en todos sitios".
La última pregunta era sobre si tenía que dar algún consejo a Enrique Ponce, quien se encerró con seis toros en la pasada feria de Otoño sin lograr el triunfo. Antes de responder, Joselito entornó los ojos, sonrió y pegó una larga cambiada: "¡Hombre, como amigo mío que es, sólo recordarle que el toreo es tiempo! Yo lo estoy viendo con mi toreo, que al igual que los buenos vinos mejora cada año".
Se reconocieron 25 toros
La corrida se celebró después del exhaustivo trabajo de dos días del equipo veterinario, que tuvo que reconocer hasta 25 toros para aprobar los que finalmente se lidiaron. El propio apoderado del torero, Enrique Martín Arranz, puso especial empeño en buscar y traer toros por todos sitios, e incluso de convencer a Victorino Martín, quien tras ser rechazados los dos que envió inicialmente se negaba a traer más.
"Ha sido tremendo, llevo dos noches sin dormir", admitía Martín también en la habitación del hotel, "porque la corrida jamás se podía suspender para que se alegrasen nuestros muchos enemigos". Al acompañar al periodista hacia el pasillo, más de 50 personas se agolpaban allí haciendo cola e intentando entrar en esta ya repleta habitación del torero, al que le llovían las felicitaciones de admiradores y amigos. El apoderado les dio permiso para pasar y comentó: "Es el segundo cartel de no hay billetes que colocamos hoy".
Babelia
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