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El fiscal pide 200 años de cárcel para 10 jefes de la secta Niños de Dios

Diez personas, supuestos adeptos de la secta Niños de Dios, desarticulada en 1990 por los Mossos d'Esquadra, serán juzgadas hoy en Barcelona. El fiscal pide penas que suman 200 años de prisión al inculparles de asociación ilícita, fundación de centro ilegal, estafa y lesiones psíquicas cometidas en los 22 hijos tenidos por las parejas del grupo.Los niños estuvieron viviendo un año en un centro de menores de la Generalitat apartados de sus padres, que recuperaron la tutela por decisión de la Audiencia de Barcelona. El caballo de batalla se centrará en si se puede probar que los pequeños sufren secuelas. La vista coincide en el tiempo con una operación espectacular realizada en Francia hace tan sólo unos días contra una comunidad de miembros de Niños de Dios, que se saldó con 60 personas detenidas y 140 menores puestos a disposición de la justicia francesa. Un mes antes, el Tribunal Supremo confirmó una sentencia de 37 años de cárcel para los dirigentes de la secta CEIS, también desarticulada.

Personas allegadas a las diez personas que se sentarán hoy en el banquillo -seis españoles, tres norteamericanos y un británico- expresaron su optimismo al recordar que la Audiencia de Barcelona les devolvió en 1992 la tutela sobre sus hijos. Esa decisión fue confirmada después, de forma cautelar, por el Tribunal Constitucional.

Esta historia empezó en julio de 1990 cuando la policía autonómica. catalana, coordinada por la Fiscalía de Barcelona, actuó en dos chalés de Castellar del Vallés y Collbató, donde la secta tenía su cuartel general. Los mossos acusaron al grupo de obligar a vivir a los niños en un régimen de aislamiento y de inculcarles la precocidad sexual para que después se prostituyeran. Los adultos no fueron a prisión.

La veintena de niños vivió entre el verano de 1990 y el de 1991 en un centro de menores de la Generalitat hasta que regresaron con sus tutores. Los supuestos adeptos siempre han negado todos los cargos y aseguran que son grupos cristianos que vivían en comunidad y que se ganaban la vida vendiendo su propio material.

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