'Cascos azules' de Pakistán matan a 20 somalíes
Miembros del contingente paquistaní de los cascos azules abrieron fuego ayer contra decenas de jóvenes somalíes que se echaron a las calles de Mogadiscio para protestar contra la ONU, y causaron al menos 20 muertos y 50 heridos. El incidente se produjo en un creciente clima de hostilidad de la capital somalí hacia los extranjeros, propiciado por la segunda ofensiva aérea que la fuerza multinacional lanzó en la madrugada de ayer contra las fuerzas del dirigente guerrillero Mohamed Fará Aidid. A primera hora de la madrugada de hoy, y por tercer día consecutivo, aviones norteamericanos volvieron a bombardear la capital somalí.
Se cree que el número de muertos por los disparos de los cascos azules puede ser mayor puesto que muchas víctimas fueron trasladadas por los familiares a sus casas, sin pasar por ningún hospital. Aidid, que responsabilizó al presidente Bill Clinton de estas muertes, dijo que el número total de víctimas era de 30. "Estoy muy muy descontento y decepcionado porque estas muertes han sido ordenadas por el presidente Clinton", declaró Aidid a una emisora de radio australiana. "El pueblo somalí está muy decepcionado y el mundo sabrá ahora quién tiene razón y quién está equivocado".El tiroteo se produjo horas después del segundo bombardeo realizado por los aviones y helicópteros norteamericanos de la ONU en la madrugada de ayer, ataque llevado a cabo en el marco de la operación iniciada el sábado para localizar y capturar a Aidid, el más poderoso de los señores de la guerra somalíes. La ONU responsabiliza a Aidid del ataque desencadenado el pasado día 5 por guerrilleros somalíes contra los cascos azules que costó la vida a 23 miembros del contingente paquistaní.
La matanza de ayer se produjo en las proximidades del hotel situado en el sur de Mogadiscio donde residen la mayor parte de los periodistas extranjeros. A la altura de un edificio ocupado por los cascos azules paquistaníes se registra ron unos disparos, al parecer procedentes de los hombres arracimados en la calle. Sin previo aviso, los paquistaníes abrieron fuego contra decenas de jóvenes armados. Una furgoneta llena de mujeres y niños que quedó atrapada entre los manifestantes y las tropas paquistaníes fue barrida por una larga ráfaga de ametralladora.' Fuentes oficiales pakistaníes negaron ayer que sus fuerzas hubieran dado muerte a 20 somalíes en los incidentes de ayer en Mogadiscio.
El general Thomas Montgomery, responsable de las fuerzas norteamericanas deplegadas en Somalia, apoyó la actuación de los cascos azules paquistaníes y enfatizó que la táctica habitual de los hombres de Aidid era emplear a mujeres y niños como escudos humanos. "Esa fue la táctica que usaron durante la emboscada que mató a los paquistaníes", declaró. Las víctimas de la manifestación se añaden a los nueve somalíes muertos en el segundo bombardeo de ayer.
"El ánimo de la gente es hostil y vamos a vengarnos", declaró Omar Salad, uno (le los lugartenientes de Aidid poco antes de la manifestación.
Poco después del incidente, las calles de Mogadiscio se cubrieron de panfletos en los que se acusa a la ONU de no ser ya "una fuerza de mantenimiento de la paz, sino una fuerza de la muerte". "No necesitamos ayuda bajo forma de bombardeos sino asistencia humanitaria", afirma el texto de los panfletos que piden a la comunidad internacional "que intervenga" contra "la matanza de poblaciones desarmadas".
El vicesecretario general de la ONU para misiones de paz; Kofi Anan, declaró en Nueva York, poco después de este segundo ataque que dicha organización va a continuar las operaciones de desarme de las fuerzas de Aidid que acompañan la búsqueda del dirigente guerrillero.
Aidid acusa a la ONU de querer convertir Somalia en un "protectorado". Por su parte, la ONU considera al dirigente somalí como el principal obstáculo para lograr una solución al conflicto civil de Somalia.
"Hemos identificado numerosos depósitos de armas, algunos declarados y otros clandestinos y queremos, destruir las armas que se encuentran allí", dijo Anan. "Seguiremos haciéndolo hasta que hayan sido destruidos", añadió.
Por su parte, la embajadora de EE UU ante la ONU, Madeleine Albright, explicó que el segundo ataque en Somalia forma parte de una "operación que continúa" y que no hay "límite de tiempo" para esta misión destinada a "restablecer la ley y el orden" en la capital somalí. "La ONU debería ser felicitada por ello", dijo Albright.
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