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Los precios de la tierra de uso agrícola cayeron en 1992 por tercer año consecutivo

Los precios de la tierra para uso agrícola en España cayeron una media del 12,2% en 1992 según los datos manejados por el Ministerio de Agricultura. Con estos resultados, el descenso de los precios de la tierra se produce ya por tercer año consecutivo tras las subidas espectaculares que se registraron entre 1985 y 1989. Por tipos de cultivos, la mayor caída se produjo en las tierras de labor de regadío, que descendieron un 20,5%. Por comunidades autónomas, los mayores descensos, entre el 18% y el 20%, se han registrado en las comunidades autónomas de Cataluña, Aragón y Castilla y León, mientras se mantienen estables en las comunidades del País Vasco y Asturias, y suben en Canarias.

En contra de la tendencia que se registraba en el resto de los países de la Comunidad Europea, y sin razones aparentes en función de su rentabilidad, los precios de la tierra para uso agrario en España tuvieron un crecimiento espectacular desde los primeros años de la década de los ochenta, con un aumento medio del 10,4%.Sobre un índice 100 en el año 19,83, en 1989 ese índice medio para España se situó en 184, mientras en otras zonas como Asturias, Extremadura, Canarias o Andalucía duplicaron su valor. A partir de 1989 se inició, sin embargo, un retroceso en las cotizaciones de la tierra, con una caída media del 2,8% en 1990, del 5,3% en 1991 y finalmente del 12,2% en 1992, a pesar de lo cual el crecimiento desde 1,984 a 1992 se sitúa en un 48,8%.

El precio medio de una hectárea de cultivo, que en 1989 era de 626.000 pesetas, en 1992 se ha situado en solamente 506.000 pesetas. Por comunidades autónomas -tomando como referencia el mismo periodo- destacan casos como Cataluña, con una caída de 751.000 a 572.000 pesetas por hectárea; Castilla y León, de 444.000 a 295.000 pesetas; Rioja, de 1.764.000 a 1. 107.000 pesetas, y Aragón, de 425.000 a 258.000 pesetas.

Secano y regadío

Por tipos de tierras, la caída se ha producido especialmente en las de cultivo, no en los prados, y sobre todo en las de regadío, que ha sido superior al 20%.Una hectárea de secano de labor, que tenía un precio medio en España en 1989 de 512.000 pesetas, en 1992 vale 401.000 pesetas, mientras la hectárea de labor de regadío cae de 1.834.000 a 1.321.000 pesetas.

Bajan de forma espectacular los precios de cultivos como naranjos y frutas con hueso y pepita; en menor medida caen los precios del viñedo y del aceite, y solamente se produce un aumento de 8,6 a 11,1 millones en la hectárea de platanero tras la aprobación de la Organización Común de Mercado por parte de la Comunidad Europea para este sector.

La evolución de los precios de la tierra en España, aunque estaban sobrevalorados, guarda relación directa con el desarrollo de la Política Agrícola Común (PAC), especialmente con la aplicación de tasas de corresponsabilidad y techos de producción.

Esta línea a la baja se consolidó con la reforma de la Política Agrícola Común en 1992, que endurece la fijación de límites en las tierras de cultivo, y con el impacto del acuerdo GATT (Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio) forzado por Estados Unidos, que va a suponer más tierras abandonadas sin posibles salidas.

Junto a esta medidas destaca igualmente como factor negativo en el precio de la tierra la congelación o reducción de los precios de casi todos los productos menos olivar o vino, aunque se hayan dispuesto ayudas compensatorias.

En medios del sector se considera que los datos del Ministerio de Agricultura reflejan sólo parcialmente la evolución a la baja de los precios de la tierra.

Fuentes sindicales estiman que esa caída es muy superior, y lo que es más grave, frente a lo que sucedía en el pasado, en este momento no existe demanda para la compra de miles de hectáreas en venta.

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