Los miembros de ETA entregados por Managua trabajaron para el Gobierno sandinista

Los cuatro etarras localizados en Nicaragua hace unos días-tres ya fueron entregados a España- trabajaron como empleados del Ministerio del Interior bajo el régimen sandinista, según las declaraciones que constan en el sumario instruido por el juez que les interrogó, Carlos Bueren, titular del Juzgado número 1 de la Audiencia Nacional. Un oficial de Interior no sólo les dio empleo, incluso en tropas especiales, sino documentos de identidad falsos en varias ocasiones. La entrega de los etarras se produjo después de que el pasado 24 de mayo estallara en Managua un arsenal camuflado en un taller propiedad de un vasco.

El etarra Javier Azpiazu Larrañaga, puesto en libertad por el juez Bueren tras ser entregado por Nicaragua, declaró que en marzo de 1987 viajó a dicho país centroamericano junto con su compañero de armas Eusebio Arzalluz Tapia, todavía buscado por la policía nicaragüense.En el aeropuerto de Managua les recibió José Zaldúa, periodista de France Presse y encargado por la banda de facilitar su acogida. Zaldúa les presentó a un representante del Ministerio del Interior, departamento para el que comenzaron a trabajar, concretamente para la Dirección Quinta. Azpiazu realizó labores de carpintería y Arzalluz, de mecánica.

El Ministerio del Interior nicaragüense, además de facilitarles tales empleos, les entregó permisos de residencia bajo nombres falsos. Azpiazu recibió un documento de identidad a nombre de Jairo Macías. Posteriormente, se le proporcionó un nuevo documento personal a nombre de Jairo Manuel Macías Abad.

Doble sueldo

Al principio, el responsable de ETA en Nicaragua era Javier Larreategui, Atxulo, y en su ausencia, Zaldúa. ETA les facilitaba mensualmente 10 dólares a cada uno. Posteriormente, Larreategui y Zaldúa abandonaron esta labor. El responsable etarra en Nicaragua pasó a ser Luis Ignacio Iruretagoyena Lanz, Lucas, apoyado en Francia por Ramón Echevarría Garitacelaya, Federico y Okotz.El enlace directo con ETA era Miguel Ángel Apalategui Ayerbe, Apala, conocido en Nicaragua como Manolo. ETA les subió la asignación mensual a 100 dólares. En 1990, al perder las elecciones los sandinistas, estos jefes etarras les comentaron que sería conveniente que abandonasen Nicaragua, ya que no podrían ofrecerles garantías en el futuro.Azpiazu decidió quedarse porque un representante del Departamento de Inmigración nicaragüense le había prometido un nuevo documento de identidad, ahora a nombre de Jairo Carlos Fortes Arroyo. Desaparecida la Dirección Quinta de Interior tras la derrota en las urnas del sandinismo, Azpiazu montó un negocio con su compañera, Mélida Monjarres.

Larreategui ratificó que trabajaron "con los compañeros del Ministerio del Interior y de las tropas especiales" sandinistas, e identificó al funcionario que les dio empleo y falsa identidad: el subcomandante Enrique Schmedt Cuadra. Aseguró que desconocía si el Gobierno de Daniel Ortega conocía tal irregularidad. El subcomandante le fue presentado en Anglet (Francia), antes de la revolución sandinista, por el presidente del partido HASI, integrado en Koordinadora Abertzale Sozialista (KAS), Santiago Brouard, asesinado años después.