_
_
_
_

Una princesa para la modernización

Juan Jesús Aznárez

La mayoría de los japoneses confían en que la princesa Masako, por su condición de universitaria, cosmopolita y políglota, facilitará la modernización de una monarquía que parece sentirse cómoda en su anacronismo y aislamiento. Cuando Masako Owada rechazó sus pretensiones amorosas, el heredero insistió prometiendo apoyarla en sus intentos de abrir nuevo espacio entre los muros de palacio; esta garantía resquebrajó las defensas de la joven japonesa que los grupos feministas compadecen.No hay seguridad de que el rígido funcionariado imperial esté dispuesto a ceder terreno. Las recientes declaraciones sobre la nueva princesa efectuadas por un antiguo chambelán del emperador Akihito, tildado de "liberal" entre los de su oficio, así lo indican. Minoru Hamao, que siguió por televisión la conferencia de prensa en la que el príncipe y Masako anunciaban su compromiso, reconoció haberse visto desagradablemente sorprendido con esta frase de la joven: "Soy de la misma opinión del príncipe heredero, pero si pudiera añadir una reflexión propia..." Hamao sostiene que no debió añadirla. "Fue bastante imprudente. Además, es muy habladora. Incluso de temas sobre los que no se le ha pedido opinión".

"Demasiada familiaridad"

En aquella reunión informativa, Masako habló nueve minutos y 37 segundos: 28 más que Naruhito. El chambelán recordó, escandalizado todavía, que en una ocasión la universitaria se adelantó al príncipe al entrar por la puerta de un domicilio y en otra trató a éste "con demasiada familiaridad". Conectando con una gran parte del conservadurismo nacional, Minoru Hamao subraya que "Owada asistió a una escuela secundaria en Boston, se graduó en Harvard y después llegó a ser diplomática. Hizo lo que hacen los norteamericanos. También camina delante de los hombres porque los occidentales dicen: 'las mujeres primero'. Dice lo que piensa. Todo esto puede resultar aceptable en Estados Unidos pero en Japón debiera mostrar un poco más de modestia".

La vida de la emperatriz Michiko no ha sido fácil. La esposa del emperador Hirohito, abuelo de Naruhito, la sometió a estrecho escrutinio y aceptó a regañadientes que su hijo se casara con la hija de un industrial rico pero sin linaje. Michiko sufrió un ataque de nervios y con la crisis mejoraron las cosas. Masako Owada contará con su ayuda en el difícil proceso de adaptación, señalan los comentaristas de la corte. Un funcionario de la casa imperial citado por el diario Mainichi reconocía que les interesan más las princesas "jóvenes y maleables". Y añadía: "Masako es una mujer madura y su personalidad se ha desarrollado. Pero si intenta salirse con la suya en contra de la forma de hacer de la institución lo pasará mal". Esta fuente condenaba al fracaso cualquier intento de cambiar el funcionamiento de la casa imperial con nuevas maneras diplomáticas, aunque concluía que "todo dependerá de las iniciativas adoptadas por el príncipe".

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_