Las autoridades de Azerbaiyan, dispuestas a ceder ante los rebeldes

Las autoridades de Azerbaiyán parecían ayer dispuestas a aceptar una serie de condiciones de los rebeldes, que se apoderaron el fin de semana pasado de la importante ciudad de Guiandzhá, para evitar el estallido de una auténtica guerra civil. El primer ministro, Panaj Guséinov, ofreció su dimisión, mientras el Parlamento se reunía para negociar la situación creada después de los sangrientos enfrentamientos con los hombres del general rebelde Suret Guséinov, que dejaron un saldo de aproximadamente 70 muertos y más de 200 heridos.La renuncia de Panaj Guséinov era una de las demandas de los rebeldes, que acusan al primer ministro de haber ordenado reprimir el alzamiento y, por lo tanto, de ser culpable del derramamiento de sangre ocurrido.

El puesto de jefe de Gobierno se le ofrecerá a Gueidar Alíev, el presidente de la república autónoma de Najicheván, que fue dirigente máximo de Azerbaiyán como primer secretario del Partido Comunista local, según dijeron a la agencia Tass "fuentes confidenciales".

Si Alíev, que también fue miembro del Politburó y primer vicepresidente del Consejo de Ministros de la desaparecida URSS no acepta este puesto, entonces se le ofrecerá presidir el Parlamento. Actualmente, Isá Gambarov es jefe del Legislativo, pero los rebeldes piden también su cabeza.

En caso de que Alíev presidiera el Parlamento, Etibar Mamédov, líder de la oposición y del Partido de la Independencia Nacional, podría convertirse en primer ministro de un Gabinete de coalición en el que estén representadas todas las fuerzas políticas que tienen influencia en la república.