_
_
_
_

Un empresario se suicida tras matar a su mujer y a sus dos hijos en Barcelona

Los cadáveres de los cuatro miembros de la familia formada por Antonio Vila, de 53 años; su esposa, Ana Pérez, de 48, y sus dos hijos, de 22 y 17 años, fueron hallados ayer en su piso de la calle de Joan Güell, en el barrio barcelonés de Les Corts, por una empleada de la limpieza. Según la policía, Vila, un pequeño empresario con problemas económicos, mató a sus familiares en la noche del lunes de un disparo en la nuca para después suicidarse de un tiro en la boca con su escopeta de caza. Vila acababa de abrir, junto a otros socios, un taller de reparación de maquinaria.

Vila dejó una nota manuscrita en la que acusaba a sus socios de llevarle a la ruina económica, según fuentes policiales. Hasta la reciente instalación del taller, Antonio y su mujer habían trabajado en otro taller, situado en la misma calle de Joan Güell y a pocos metros de su residencia.El triple parricidio y el suicidio posterior debieron cometerse en la madrugada del lunes, según varios vecinos, que declararon ante la policía haberse despertado sobre las cinco de mañana al escuchar unas detonaciones. Tres estudiantes que residen en el mismo inmueble explicaron ayer que atribuyeron los ruidos "al lanzamiento de petardos por parte de militantes socialistas que celebraban su victoria electoral". La sede del Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC), en la calle de Nicaragua, está muy cerca de la calle de Joan Güell. Ningún vecino escuchó gritos.

La empleada de la limpieza descubrió los cuerpos sin vida de la familia sobre las diez de la mañana de ayer. Cada uno de ellos yacía en su cama. La mujer y los dos chicos presentaban un impacto de bala en la nuca, mientras el presunto parricida lo recibió en la boca, con una escopeta de caza. Los investigadores intentan averiguar cómo es posible que ninguna de las víctimas se despertara al escuchar los primeros disparos. El resultado de las autopsias revelará si les había sido administrado algún tranquilizante.

Todos los vecinos, profundamente afectados por lo ocurrido, coincidieron en describir a la familia Vila-Pérez como unas personas que mantenían una cordial relación con el resto de inquilinos y que no habían ocasionado jamás ningún problema.

La última vez que los vecinos vieron con vida a Ana Pérez fue el pasado domingo por la mañana, cuando se disponía a votar. El mayor de los hijos, Jordi, que había estudiado Formación Profesional, trabajaba con sus padres y el pequeño, Jaume, cursaba tercero de BUP en los Maristas.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_