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TRIBUNALES

Reducida la pena a una mujer que, con un beso, narcotizó a un 'ligón' y le desvalijó

El Tribunal Supremo ha reducido de cinco a dos años y medio de cárcel la condena impuesta a una de las dos mujeres que narcotizaron a un incauto seductor de discoteca mediante el beso del sueño, y le desvalijaron el piso al que las había invitado. El recurso de una de las dos mujeres ha sido estimado por el alto tribunal, que ha sentenciado que el robo no puede ser castigado con el agravante de ejecutar el hecho en la morada del ofendido cuando es el dueño el que facilita al ladrón el acceso a su vivienda.Domingo P. había decidido correrse la juerga de su vida y el comienzo estaba siendo de lo más prometedor. Había prescindido de su novia y llegó a la madrileña discoteca Tosca acompañado de unas amigas, a las que no tardó en dejar colgadas, tras conocer a Fátima y Elisa, aparentemente a tono con la situación.

De Tosca se trasladaron a Boccaccio, donde -dice la sentencia- "intensificaron las relaciones", y así Domingo comenzó a ser "besado por ambas mujeres", quedando aturdido con tanta efusividad.

Demasiado aturdido como para comprender que en cada intercambio le estaban aplicando un barbitúrico por vía oral. Porque, entre beso de Fátima y beso de Elisa, ambas le introdujeron en la boca a Domingo "un líquido que aparentemente estaban consumiendo, pero que contenía alguna sustancia no determinada" y que "le produjo cierta somnolencia, haciendo que comenzara a encontrarse mal".

Cava en el apartamento

La bebida y los besos se sucedían, pero Domingo se rehízo en cuanto Fátima y Elisa aceptaron ir a su apartamento de Torrejón, donde "pretendían continuar la relación ya iniciada", añaden los magistrados. Ya en el apartamento, Domingo sirvió botellines de cava, pero Fátima y Elisa, "de acuerdo con el plan que ambas habían urdido", vertieron en la copa de su anfitrión varias pastillas de Rohipnol que le hicieron perder la consciencia. Las mujeres registraron el piso y se llevaron efectos valorados en 1.750.000 pesetas.Dos meses después, en febrero de 1988, la policía detuvo a Fátima y Elisa y recuperó la mitad del botín. En el interior de su bolso, Fátima guardaba, en espera de otra buena oportunidad, otras 10 pastillas de Rohipnol. La Audiencia Provincial de Madrid las condenó a sendas penas de cinco años de prisión por robo, con el agravante de ejecutar el hecho en la morada del ofendido, sentencia que sólo fue recurrida por la procesada Elisa.

La sentencia dictada ahora por el Supremo, de la que ha sido ponente el magistrado José Antonio Martín Pallín, reduce la condena a dos años y medio porque, si bien el plan para desvalijar a Domingo "había surgido con anterioridad a la invitación", fue el denunciante quien las invitó a trasladarse a su domicilio.

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