_
_
_
_
FERIA DE SAN ISIDRO

"No traicionará nunca un estilo por estar en Madrid", dice Jesulín

Jesulín de Ubrique no estaba contrariado por los pitos que escuchó a la muerte del quinto toro, según confesaba después de finalizar la corrida: "Me encuentro muy tranquilo y a gusto conmigo mismo, ya que toreé a ese toro a mi estilo, como a mí me gusta, y no pienso traicionar nunca mi toreo ni siquiera por estar en Madrid". El matador añadía que todas las veces que venga a Las Ventas seguirá fiel a su trayectoria, "aunque no consiga encajar aquí nunca".No obstante, quería puntualizar que en principio hizo caso al público llevándose al toro al centro del ruedo, "tras lo cual intenté lucirlo dándole esa distancia que me pedían en los tendidos. Pero al final me frené y me dije que yo no podía está a merced de las peticiones, sino que tenía que ser sincero y fiel a mi trayectoria, y ya decidí encunarme, aún a sabiendas que no iba a agradar". El de Ubrique presumía de lo dificil que es ponerse a escasos centímetros de los pitones e incluso acariciarlos: "Muy pocos compañeros son capaces de pisar este terreno".

Curro Vázquez sí que expresaba cierto enfado por su actuación, que entendía no fue tan mala como para que le abroncaran en su segundo toro: "Era un auténtico asesino, y gracias a Dios que cayó en un hombre experimentado como yo, porque si le toca a los chavales ya hubiéramos visto". Al comentarle que, según estas palabras, parecía que hubiera estado cumbre con ese animal, se defendía: "Le hice lo único posible, no perder los papeles y matarlo con dignidad".

Al de Linares tampoco le gustó el que abrió plaza, aunque se echaba parte de la culpa: "En mi afán de triunfar en mi plaza me lo dejé crudo en el caballo y llegó gazapeando al último tercio, por lo que reconozco que no anduve a gusto con él". Respecto a la bronca que también escuchó a la muerte del cuarto, y como despedida, decía que no era muy justa, pero sí comprensible: "Es que me quieren mucho, y si no triunfo me pitan".

Contento con el público

Chamaco, por el contrario, sí estaba contento con el trato de los aficionados en sus dos tardes, aunque matizaba que él a cambio cumplió con su obligación: "Me entregué abajo y ya soy consciente de que eso es lo que más cala' en esta plaza, que, después, ya entra a valorar otras cosas distintas".

Pese a ello, ayer no había redondeado el triunfó a que aspiraba, por culpa de los toros, -según sus explicaciones: "Fueron nobles, quizás en demasía y les faltó ese punto de transmisión para encender a la gente, que es lo que intenté hasta comenzando de rodillas, pero luego se apagaron los toros poco a poco".

Al preguntarle que si era mejor torero cuando actuaba de rodillas que de pie, respondía: "Esa no es 4a cuestión. Yo soy el mismo, lo que pasa es que cuando empiezo de rodillas el toro aún tiene fuerzas y después no".

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_