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EL PRECIO DE LA REFORMA EN RUSIA

Víctimas de la hiperinflación

El Constitucional exige que se compense el ahorro, pulverizado por el alza de precios

Pilar Bonet

PILAR BONETEl Tribunal Constitucional de Rusia ha planteado al Estado un problema sin precedentes esta semana, al fallar a favor de una organización de ciudadanos que ha exigido plenas compensaciones por la inflación, que ha pulverizado todos sus ahorros desde que se liberalizaran los precios, en enero de 1992.

La Asociación para la Defensa de los Ahorros (ADA) es la entidad que ha defendido con tesón ante la más alta magistratura del país la causa de los damnificados por la reforma económica del Gobierno ruso, unos 70 millones de ciudadanos que en enero de 1992 tenían un total de 400.000 millones rublos en la red de cajas de ahorro del Estado. Habida cuenta de que la inflación acumulada desde entonces es de un 2.600%, aquellos depósitos equivalen hoya más de 10 billones de rublos, por encima del billón y cuarto de pesetas."Las deudas hay que devolverlas", afirma con determinación Yelena Sánnikova, una enérgica activista de la ADA. Según Sánnikova, el Gobierno ruso confiscó despiadadamente los resultados del trabajo que los ex ciudadanos soviéticos habían acumulado en sus libretas de ahorros.

La ADA comenzó a funcionar hace un año como una "reunión de ofendidos y agraviados", entre ellos muchos jubilados e inválidos empobrecidos hasta la miseria, señala Sánnikova, que es física, especializada en modelos matemáticos. En su pleito contra la política gubernamental, la ADA ha utilizado a su favor las decisiones populistas que los dos bandos de la política rusa, el presidente, Borís Yeltsin, y, sobre todo, el Parlamento, tomaron en vísperas del referéndum del 25 de abril.

A fines de marzo, el Congreso de los Diputados publicó una disposición que reconocía el derecho de los ciudadanos rusos al restablecimiento de la capacidad adquisitiva de los depósitos que estaban acumulados el 1 de enero de 1992 en el Banco de Ahorros. Yeltsin, por su parte, promulgó un decreto en el que recomendaba a este banco incrementar las tasas de interés pagadas a los depósitos, hoy muy por debajo de la inflación.

Los documentos legales firmados por Yeltsin y el jefe del Parlamento, Ruslán Jasbulátov, y la ley sobre la actualización de los ingresos y ahorros, sirvieron a la ADA para ganar el lunes su pleito ante el Constitucional. El veredicto autoriza a los ciudadanos a que, a título individual, presenten sus casos concretos ante los tribunales corrientes.

"Hemos logrado una gran victoria, porque por primera vez en la historia de Rusia se defienden los intereses de los ciudadanos contra el Estado en los tribunales y no mediante un motín popylar", dice Sánnikova a EL PAÍS. La activista está convencida de que el pleito de los ahorradores rusos constituye una ruptura histórica con la tradición nacional de motines y revoluciones, que cuenta con episodios como la revuelta del cosaco Stepán Razin, en el siglo XVII, y la revolución bolchevique de 1917. En 1947, Stalin procedió a una reforma monetaria a costa de los ahorros de la población, pero entonces nadie protestó.

"Irreal"

Ante el Constitucional comparecieron representantes del Gobierno ruso y prestigiosos economistas, entre ellos Nikolái Shmeliov y Larisa Piyásheva, y ambos tomaron partido por los ahorradores. Serguéi Dubinin, viceministro de Finanzas, afirmó que la idea de la "total compensación" es "irreal" desde el punto de vista económico, y su realización 9levará a la destrucción del sistema financiero del país". La población rusa ha visto confiscado el 99% de los ahorros que tenía a principios de 1992 como mínimo, manifestó Shmeliov, quien, sin embargo, estuvo de acuerdo con Dubinin: no existen hoy posibilidades reales de compensar el nivel de los ahorros de 1992, ya que ello causaría una insoportable espiral inflacionista.

Una de las intervenciones más emotivas fue la del invidente Konstantín Gvózdev, quien habló en nombre de los 70.000 ciegos de la región de Moscú. Mientras su ceguera progresaba, Gvózdev se negó a vivir a costa del Estado, y siguió trabajando y ahorrando kopek a kopek para cuando no pudiera valerse por sí mismo. La suma que acumuló a lo largo de los años no le basta hoy ni para pagar el el tratamiento de su enfermedad.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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