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Para Los Secretos, "sólo quedan las canciones que llegan al corazón"

El histórico grupo madrileño publica su noveno disco, 'Cambio de planes'

Parece que fue ayer cuando una oleada de nuevos grupos tomó el relevo de los músicos de la generación de los sesenta. Pero han pasado 13 años del nacimiento de aquella nueva ola que refrescó el panorama musical español y muy pocos han podido aguantar las dificultades del camino. Álvaro y Enrique Urquijo, hermanos fundadores del grupo Los Secretos, rondan hoy los 30 años y continúan en el intento de mantener a flote un nombre clásico del pop español. Acaban de publicar su noveno disco, Cambio de planes, en el que defienden su principal patrimonio: las canciones que han viajado con la generación de los ochenta.

A mediados de mayo de 1980, Los Secretos se presentaban en la sala El Sol, de Madrid. Sus canciones ya sonaban por alguna emisora, aunque no tenían ningún disco publicado. El grupo de los tres hermanos Urquijo -Álvaro, Enrique y Javier- acababa de salir de un túnel oscuro y triste, cuando, llamándose Tos, su batería, Canito, murió en un accidente de circulación. En el homenaje al músico fallecido participaron grupos recién salidos del cascarón: Nacha Pop, Mario Tenia y los Solitarios, Mermelada, Mamá, Paraíso, Alaska y los Pegamoides, Los Trastos... y Los Secretos. La nueva ola del pop madrileño asomaba la cabeza. Pocos de aquellos pioneros resisten hoy. Entre ellos, Los Secretos."La experiencia te da objetividad", afirma Álvaro Urquijo, que lleva la voz cantante aunque su hermano Enrique, Ramón Arroyo y Jesús Redondo intervienen constantemente. "A lo largo de los años ves subir y desaparecer grupos, y tu obra comienza a tomar sentido".

Clásicos

Los Secretos pueden definirse como clásicos de esa segunda gran oleada del pop español que comienza a finales de los setenta. "No nos importa que nos llamen clásicos. Te da solera", afirman. "Corno músico quizá no toco mucho mejor, pero sé lo que quiero", puntualiza Álvaro Urquijo. "Nuestra carrera ha sido un luchar contra los elementos de los que dependes -casas discográficas, medios de comunicación-, aunque hemos conseguido algo de independencia, de poder para dirigirte".En 1983, el grupo sufrió un parón que parecía insuperable. Javier, Urquijo abandonó a sus hermanos y el drama se cebó de nuevo cuando en 1984, Pedro Antonio Díaz, el batería que sustituyó a Canito, también falleció en un accidente. Atrás habían quedado tres discos y canciones generacionales, como Déjame o Sobre un vidrio mojado.

El 18 de abril de 1986, la sorpresa. Los Secretos volvían a la música casi de puntillas, en una pequeña sala de un pueblo madrileño. Su estilo había cambiado, incorporando elementos del rock norteamericano y bajando hasta México con el Volver, volver. "Cuando regresamos, pensé que no había pasado el tiempo, que no habíamos perdido el sitio", afirma Álvaro Urquijo. "Se me ponía la carne de gallina cuando la gente todavía se acordaba y cantaba con nosotros Déjame. Al final, lo único que queda son las canciones, no cómo las toques. Es lo que mueve a las personas y llega al corazón".

Hoy, Los Secretos vuelven a la carga con su noveno disco, Cambio de planes, un trabajo grabado en Madrid -"hay quien se va a grabar fuera, a buscar lo que no sale de ti", dicen-, que presenta mayor dureza que los anteriores. "Teníamos la sensación de que nuestros discos no hacían justicia a lo que tocábamos en directo. Pero mantenemos las ideas con las que nacimos. Hoy todo se ha desparramado. El mercado ha aumentado pero el respeto hacia la música se ha perdido. Los músicos ya no son músicos sino personas que aprietan un botón; los grupos no tienen tiempo para madurar; aquellos que no se adaptan a las radios fórmula no son escuchados y el resto de los medios tampoco ayudan. Hay que volver atrás para recuperar el espíritu de la música".

Cambio de posición

Aunque Los Secretos aún mantienen cierto optimismo porque piensan que "se ha cambiado la posición ante la música española. La gente reclama lo nuestro", no todo lo ven con la misma sonrisa. Las observaciones negativas sobre la situación actual del panorama musical español son numerosas, y no por repetidas menos tajantes. "Estamos algo cansados de tener que pasar reválidas permanentes, y del mal ambiente que se respira a veces. Hemos oído muchas veces hablar mal de mucha gente, los músicos no formamos una . piña y esto no es bueno". También ponen peros a las pocas oportunidades que tienen los músicos españoles de mantener opciones personales -"Hay pocos grupos que puedan vivir de la música que quieren"-, de las dificultades para trabajar -"la tarta se la reparten cuatro y somos 400"-, y de los eternos problemas de infraestructura: "O tocas en los bares o en los estadios. En medio, nada".Quizá por eso, Enrique Urquijo está a punto de grabar un disco con su grupo paralelo, Los Problemas: "Me apetecía tocar en acústico, donde puedes cantar más relajado y en sitios pequeños. Los inviernos del músico son larguísimos". Quizá por eso, Los Secretos cantan en su último disco: "En la vida avancé contra corriente".

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