Crisis de Gobierno: el barco sigue navegando

Echaremos de menos a Norman Lamont. Se había convertido en una de las grandes figuras cómicas de la época. (...) El primer ministro, John Major, ha realizado una proeza, y el gran entretenedor se ha marchado. Pero tenemos el mismo Gobierno y las mismas políticas.Y la realidad de su Gobierno es que no entretiene en absoluto: un déficit público de 50.000 millones de libras, un déficit crónico de la balanza de pagos, profesores en rebelión, confusión en los hospitales, una red de ferrocarriles que está siendo llevada hacia el desastre. (...) La partida de Lamont no tiene nada que ver con su conveniencia para el cargo. Podía y debía haber abandonado su puesto el pasado otoño. (...) Pero después de la marcha del ministro de Economía, el primer ministro se ha negado a ir más allá.

No existe la más remota señal de que esté preparado para aplicar al Gabinete los "indicadores de actuación" que él y sus ministros están siempre demandando a los trabajadores de otros sectores públicos (...). La reorganización de Major (...) no se ha diseñado para mejorar la actuación de su Gobierno (...).

Este Gobierno parece no tener otro marco de referencia. No hay ningún propósito más allá de permanecer en el poder, ningún sentido de la dirección más allá de salir del paso en la próxima crisis, ninguna visión más allá de ganar las próximas elecciones (...).

30 de mayo