"Prometer es lo más fácil"
AITOR GUENAGA El discurso de las tres erres de José María Aznar -renovación, recuperación, regeneración- prendió ayer en varios locales de Bilbao. Un televidente, tras asistir a tanto cambio teórico, aseguraba que el candidato popular "es cojonudo. Si llega al poder va a cambiar hasta el refranero. Antes con pan y vino se andaba el camino; ahora si ganan los populares va a ser con Botella y Tocino". El debate no fue seguido por mucha gente en la docena de locales recorridos por este periódico, pero allí donde Tele 5 era la pantalla amiga no faltaron risas, beodos e insultos para ambos candidatos. Hubo quien incluso antes de empezar el debate sentó cátedra entre los presentes: "A mí el debate me importa mucho y si a tí te da igual, que no te vea protestar luego. El que no vote que no se queje a partir del 6 de junio". Y dicho esto, limpió de un trago el vaso de tinto y desapareció por la puerta. González y Aznar no habían entrado aún en el plató de televisión. También hubo quien criticó con soma el intento de bipartidismo. -En la margen izquierda de la ría del Nervión, algún joven fue mucho más directo y le pidió al colega de la barra: "Quita a ese pringao y pon la porno inmediatamente". Desde el comienzo del programa, los espectadores comprobaron que no se iba a repetir el debate de la semana pasada. Tres jóvenes que habían visto el primer cara a cara notaron en seguida el cambio de González: "Está más seguro, pero además su actitud es diferente. El otro día no le miró a Aznar ni una vez. Esta vez se lo ha empollado bien". Las exigencias del público reunido fueron claras cuando se habló de pensiones y protección social. En un momento del debate, Aznar acusó a González de "calumniar, decir disparates y meter miedo a los pensionistas" con su discurso del miedo. Entonces ambos candidatos aseguraron que sus padres eran pensionistas poniendo el chiste fácil al alcance de cualquiera. "A sus padres ya les podían quitar 8.000 y hasta 15.000 pesetas si me apuras", comentó Antonio, un pensionista. El pensionista ya no daba para más. Demasiadas promesas, demasiados logros del decenio socialista y demasiada regeneración neoconservadora. Repasando con la mano izquierda los cuatro pelos que aún le quedaban, Antonio fue tajante: "Prometer es lo más fácil". Y antes de abandonar el bar, el pensionista sacó un recorte de periódico con los números premiados en el último sorteo de la Lotería. Tampoco esta vez había tenido suerte. No le echó la culpa al Gobierno, pero arreglándose el bigote advirtió a ambos candidatos: "Se van a joder: ni a uno ni a otro".
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