El voto amputado
DIEGO NARVÁEZ "Yo estoy muy cabreado porque mi voto se ha perdido. Lo mismo le pasa a todos los que están aquí". La queja se repetía anoche por cada una de las habitaciones de las plantas de traumatología y neumología del hospital Carlos Haya de Málaga mientras Felipe González y José María Aznar celebraban su segundo debate electoral. Apenas un par de enfermos optaron por otro programa de televisión, pero resultó difícil encontrar alguien convencido de la utilidad de la pugna.
Pedro Pérez, militar retirado recién operado de cadera, ha intentado votar por correo pero se ha topado con un obstáculo que ha amputado la teoría del voto libre y gratuito: tiene que otorgar un poder notarial, que según dice le cuesta 5.000 o 6.000 pesetas, para que su mujer pueda tramitarlo, pues lógicamente tampoco puede acudir a una oficina de correos. "Esto es inaudito", asegura la supervisora del servicio nocturno, para quien sólo haría falta un poco de voluntad para crear una fórmula que permitiera votar a los enfermos como "una urna móvil". Sólo en Málaga, entre 3.000 y 4.000 personas estarán hospitalizadas el día 6 de junio y muy pocos habrán tenido oportunidad de ejercer su derecho a voto.
En esa situación se encuentra Antonio, otro enfermo de la misma planta que el pasado martes quedó ingresado para recibir una prótesis de cadera tras año y medio en listas de espera. Antonio conoce bien muchas de las cuestiones de las que estos días hablan los candidatos, y no sólo por este retraso. Su minusvalía del 77% le impide trabajar y no dispone más que de una pensión o contributiva de 33.000 pesetas mensuales.
Los tres enfermos de la habitación de Antonio se enzarzan en una discusión simultánea al debate electoral. Al final coinciden en su convicción de que Aznar no ganará "porque hay muchas cosas por ahí" y que el debate es un calco al de la pasada semana: "Hoy Felipe viene más preparado, pero el contenido es el mismo, incluso se están contestando lo que se dijeron el otro día".
También discuten Eva, estudiante de fílología y simpatizante del PSOE, y Carmen, aspirante a maestra y votante del PP. Una tiene rota la pierna izquierda y otra la derecha y comparten una habitación cuyo clima no parece para nada de hospital. "González es más humano", concluye la primera.
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