Oriol refuta las tesis de Patrimonio Nacional sobre la plaza de Oriente

Ni una. El arquitecto Miguel de Oriol, autor del proyecto de reforma de la, plaza de Oriente, no acepta ninguna de las tesis del informe crítico de Patrimonio Nacional, organismo responsable del Palacio Real. Oriol no duda en replicar a sus detractores. Ya lo hizo, por ejemplo, cuando IU organizó un referéndum informal. Pero desde el primer boceto de su idea, en 1983, no ha dejado de introducir modificaciones en los planos. La Academia de Bellas Artes -de la que son miembros Oricil y el presidente de Patrimonio Nacional, Manuel Gómez de Pablos- tiene previsto, mañana mismo, dar su veredicto, a favor o en contra, de la eliminación del tráfico en el entorno del palacio.

Miguel de Oriol responde. Al arquitecto le parece "absurdo" que los sociólogos auguren para la plaza un futuro de congestión. "Ya está ahora rodeada por el tráfico (. ..) y el proyecto permite que el silencio inunde el espacio", argumenta en su pliego de descargos. También pronostica, en contra del estudio sociológico, que los grupos marginales seguirán sin llegar hasta la plaza de Oriénte.Sin embargo, Oriol considera que el capítulo del informe dedicado a los efectos de su proyecto en la circulación es "serio y riguroso". Aunque reconoce que la intensidad de tráfico -55.000 vehículos diarios- no justifica la censtrucción de un túnel, insiste en que su proyecto sólo pretende enterrar una ronda que pasa precisamente delante del Palacio Real.

Ante la creación de una "autovía urbana" -desde el viaducto de la calle de Segovia hasta la calle de Ferraz- censurada por los técnicos de Patrimonio Nacional, tampoco Oriol parece encajar el golpe. "Los semáforos, aunque lejanos, regulan el flujo de tráfico; si los conductores incontrolados pueden circular, lo harán por un paso inferior", argumenta. "La paz de la plaza quedará a salvo".

El arquitecto Fernando Chueca Goitia, responsable de la construcción de la Almudena, ha expresado su oposición a la supresión del tráfico en la plaza. Y el informe enviado desde el Palacio Real destaca que las rampas de acceso al túnel afectan a la fachada de la catedral. Para Oriol, la rampa sólo ocupa dos de los seis carriles, y la puerta del crucero (en la calle de Bailén) es secundaria. Sin embargo, el pórtico que mira a la plaza de la Armería sólo se abrirá en las grandes ceremonias.

Tampoco la modificación de los sentidos de circulación en una parte del casco antiguo de Madrid supone una serio reparo para la obra de Oriol. Es una cuestión "de escasa entidad", alega.

Holguras

Como además el arquitecto confía en un futuro con mayor demanda de plazas de aparcamiento para autocares y turismos, defiende la "holgura" del estaclonamiento, en contra del estudio del Patrimonio Nacional, que no ve justificación en un proyecto que reserva espacio para 96 autobuses y 670 turismos.

Los servicios internos de Patrimonio Nacional también dejaron constancia de su principal inquietud: quedarse aislados con 60 actos oficiales al año y 500 coches que acceden al palacio a diario.

Oriol no se arredra ante las críticas, y garantiza que todos los vehículos oficiales podrán entrar y salir del palacio. ¿Cómo? A través de la plaza, lógicamente, como excepción a la regla que la había reservado para peatones.

"Los estilos pasan, pero la buena arquitectura permanece", asevera Oriol en su contestación a Patrimonio Nacional. El arquitecto concluye: "Si se observa con tranquilidad la planta del edificio [así define su obra], se descubrirá su inapelable sencillez perfectamente organizada. Esta pequeña disgresión, casi filosófica, trata del alma del proyecto, y si no se capta esa sensación, todos los razonamientos pueden ser vanos".