La policía intenta aclarar si el arsenal de Managua fue obra del etarra Paticorto
La policía de Nicaragua intenta aclarar si el arsenal de armas que hizo explosión el pasado domingo en el barrio de Santa Rosa, de Managua, fue montado por el etarra Eusebio Arzalluz Tapia, conocido como Paticorto y Bombero. Éste ha sido detenido, junto con el histórico Javier Larreategui Cuadra, Atxulo, aunque no lo han confirmado ni el Gobierno español ni el nicaragüense.
Ayer no se había aclarado todavía si el nombre de Miguel Antonio Larios, apodado Miguel Lahostia, bajo el que había sido alquilada la casa donde estaba el arsenal, era una falsa identidad utilizada por Arzalluz o si en realidad se trata de otro etarra.El polvorín, ubicado en el subsuelo de un taller mecánico, estaba compuesto por 19 misiles tierra-aire del tipo SAM-7, 200 fusiles automáticos, grana das y abundante munición. La explosión causó la muerte a una persona y heridas a otras siete, además de destruir 17 viviendas.
En el zulo (agujero) había también 305 pasaportes falsos, entre ellos 176 salvadoreños y el resto eran de 21 nacionalidades diferentes (española, belga y francesa, entre otras).
Los siete detenidos hasta ahora en la operación policial son los etarras históricos Atxulo y Paticorto, siendo investigada la posible pertenencia a esta organización de una vasca identificada provisionalmente como Erdiu Canga, esposa del chileno Eduardo Canga, también arrestado. El resto de los detenidos son los salvadoreños Horacio Sánchez Jiménez, ex guerrillero de las Fuerzas Populares de Liberación (FPL), y Guadalupe Ayala, junto con el suizo Dominic Reichsegen, según el ministerio de Gobernación nicaragüense.
Hallazgo de arsenales
El Gobierno de Violeta Chamorro ha señalado al FPI, como responsable del arsenal descubierto en Managua. Este grupo -uno de los cinco que subsisten tras el abandono de las armas por el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional salvadoreño (FMNL)- niega la acusación.Fuentes del Ministerio del Interior español han comentado que los guardias civiles que están destacados en El Salvador en misiones de paz vienen colaborando desde hace meses en el descubrimiento de numerosos arsenales de la guerrilla escondidos en las montañas.
Ni el Gobierno de Madrid ni el de Managua han precisado aún las relaciones que tenían los etarras detenidos con las guerrillas salvadoreñas.
Miguel Larios -identidad que se supone falsa- llegó a Nicaragua en 1983 de la mano del coronel cubano Renán Montero, que actuó como asesor de la guerrilla sandinista.
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