El bienestar

Mientras los líderes se reponían de la pelea, en los cuarteles generales se congregaban las planas mayores y se revisaban pormenores para una estrategia ulterior, la pantalla continuaba mostrando a candidatos variados perorando sobre asuntos de orden sectorial. En la noche -siempre de noche, hasta las tantas y con la casa a oscuras porque ya no queda un miembro familiar que lo soporte- fue consumiéndose un debate sobre el bienestar. Justo cuando las condiciones físicas sugerían que el bienestar reclamaba la urgente suspensión del programa. Pero eran temas importantes (la enfermedad, la educación, las pensiones) y algunos cumplirnos nuestra asignada misión. En la ventana de enfrente, otro vecino con pijama seguía los destellos del televisor. En la imagen se contemplaba un modesto arreglo de atriles y, ante ellos, la mesa de control astronáutico que se le ha dispuesto a Martínez Soler para procurar que nadie se vaya por las nubes. No tuvo necesidad de apretar los mandos con rigor. Los cuatro comparecientes, dos hombres y dos mujeres, se mostraban de acuerdo en lo fundamental y se cedían los turnos con mesura. Celia Villalobos ha cambiado el tinte y ha progresado en la doma de su locuacidad. Cada vez más, con Celia Villalobos sucede que, a fuerza de verla en uno y otro menester, se aprende a amarla. Puede ser que la campaña no sirva para divulgar programas ni soluciones, pero es indudable que, en poco tiempo, se habrá dilatado el número de los conocimientos personales. Por el momento pudo saberse que la misma Celia cuenta con un hermano cirujano que trabaja unas diez horas diarias sin parar y un cuñado, también, médico, en el Insalud, que no le va a la zaga. Pero además se le ha metido en la cabeza a la candidata del PP resolver el problema de una señora con una enfermedad grave de 79 años, que se encuentra en la lista de espera, y lleva su caso de una mesa a otra en los coloquios. Una vez le entregó la ficha a Matilde Fernández y, en la madrugada del martes, se desplazó desde su atril para entregársela en mano al señor Griñán. Tuvo que intervenir Miquel Roca para aconsejar al ministro que no se le ocurriera hacerle caso. "No tramites ese papel, por favor", le dijo, visiblemente preocupado, dándose cuenta que los pacientes a la espeta se acercan al medio millón. Con todo, Griñán guardó el informe junto a los folios con que se abastecen los comparecientes para leer cifras que invariablemente provocan una cínica sonrisa en los rivales. Todos se comportaron, no obstante, con bondad, y apenas sacamos nada en claro que no fuera la delicadeza de Guadalupe Ruiz Giménez (CDS), aromatizada con el anhelo de reformar el talante social, y el porte ático del buen político que es siempre Miquel Roca. A José Antonio Griñán, entretanto, se le plasmaba el cansancio de su propio presidente y un manifiesto deseo de acabar. Por un momento giré la cabeza y el vecino estaba viendo a Ana Obregón.

HOY, EN TELEVISIÓN

21.40 / TVE-1. Entrevista con Rafael Calvo Ortega, presidente del CDS, en 'Elecciones 93.

1.00 / Tele 5. Debate sobre Código Penal entre Tomás de la Quadra (PSOE) y Federico Trillo (PP) en "Entre hoy y mañana".