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Prohibido llevar velo en el trabajo

El Gobierno de Argelia impide a sus funcionarios vestir indumentarias religiosas

El Gobierno de Argelia ha encontrado una manera de disimular el implacable empuje del integrismo en todas las capas sociales del' país. En este caso son los funcionarios y emplea dos de las empresas públicas los que desde ahora deberán dejar en casa las indumentarias que "expresen de manera ostensible su pertenencia a una corriente ideológica o política". Así, no podrán acudir al trabajo arreglados de la forma en que ciertas religiones obligan a sus practicantes. Es decir, las mujeres deberán llevar la cara al descubierto, y los hombres, el rostro limpiamente rasurado. Esta prohibición forma parte de una serie de medidas adoptadas por el Gobierno para restablecer la disciplina y moralizar la Administración, las instituciones y las empresas estatales, en las que trabajan cerca de cinco millones de personas.La circular del Gobierno de Belaid Abdesalam sobre el comportamiento de los empleados de la función pública es un verdadero código de obligaciones y prohibiciones en el que se contemplan y especifican 19 infracciones tipo. Las faltas pueden ser sancionadas con medidas disciplinarias que van desde el despido a la degradación o la suspensión temporal de empleo y sueldo.

Algunas de estas prohibiciones y obligaciones tratan de acotar los derechos políticos y sindicales de los funcionarios y de los empleados. Algunos de estos derechos venían siendo ejercidos de forma abusiva en determinados sectores de la Administración durante los últimos años, llegando a provocar situaciones de verdadero caos y colapso, sobre todo en sectores tan importantes como el de las comunicaciones.

El apartado de la vestimenta ha originado una polémica en la vida social argelina, ya que ha sido interpretado en algunos sectores como una clara prohibición a que los hombres vistan el kemis o a que las mujeres lleven indumentarias islámicas, como el hiyab (velo islámico), el chador iraní o la nikaba afgana, que les cubre completamente el rostro y que se completa con las manos enguantadas.

Ya en 1990, el Ministerio de Defensa había prohibido el velo y la barba, por razones de higiene, en los hospitales dependientes del Ejército, encontrándose con la oposición del Frente Islámico de Salvación.

El uso de ciertas prendas, sobre todo el jimar (pañuelo), se encuentra ya muy introducido en la indumentaria de las mujeres argelinas, por lo que el código Adbedsalam ha sido recibido con una cierta inquietud. El propio periódico gubernamental El Muyahid pedía ayer en un editorial que se aclararan los puntos referidos a la indumentaria.

La circular contempla y sanciona otras disfunciones practicadas de forma habitual por los funcionarios de la Administración, como son el favoritismo y la discriminación, que han generado en Argelia una picaresca definida con el nombre de pistón, que se encarna en la figura de un funcionario poco escrupuloso que, a cambio de prebendas, es capaz de resolver de forma inmediata las exigencias o reclamaciones de los usuarios.

El pistón, versión argelina del enchufe hispano, es para algunos un elemento imprescindible para sobrevivir económicamente, mientras que para otros es la fórmula ideal con la que sortear los difíciles y complicados vericuetos de la Administración. El pistón está considerado como el primer curso de la licenciatura de la corrupción, en la que se especializaron numerosos responsables del antiguo régimen del ex presidente Chadli Benyedid.

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