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De Benedetti afirma que pagó comisiones ilegales sólo para salvar Olivetti

El empresario italiano Carlo de Benedetti, presidente de Olivetti, reconoció voluntariamente, el pasado domingo, ante la justicia haber pagado más de 800 millones de pesetas en comisiones ilegales a los partidos políticos para, según declaró, salvar a su empresa. Una primera consecuencia de esta confesión espontánea fue la detención, ayer, de Giovanni Cherubini, director general de la empresa en Milán.

El propio De Benedetti, quien declaró ante los jueces milaneses de la investigación Manos Limpias, ha quedado, además, inscrito en el llamado registro de indagados por hipotéticos delitos aún no especificados, aunque no ha sido acusado. "He resistido varias veces las vejaciones del régimen y en alguna otra ocasión me he resignado a ceder, pero sólo cuando me he encontrado en la necesidad de defender la supervivencia de la empresa y los intereses de decenas de millares de empleados y accionistas", dijo el empresario.Cabe señalar que De Benedetti ha reconocido no sólo el pago durante los últimos cuatro años de 10.000 millones de liras, sino también haber distribuido aproximadamente otro tanto entre varios partidos, y especialmente el socialista, para lograr la protección de Olivetti en el mercado italiano frente a la competencia extranjera. Los primeros 10.000 millones mencionados estuvieron, en cambio, directamente ligados a la obtención de contratos con la empresa estatal de Correos de Italia.

Economía de mercado

"He combatido siempre para que nuestro sistema financiero e industrial pudiera operar según las reglas de la libre economía de mercado, pero me he encontrado repetidamente con los métodos de un régimen político que, especialmente en los últimos 10 o 15 anos, ha ejercitado su poder como instrumento de prevaricación y de recorte de la actividad económica", añade De Benedetti en su declaración a la prensa.

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Para justificar este argumento, el presidente de Olivetti indicó a los jueces que la facturación de su empresa en Italia disminuyó entre 1980 y 1986, mientras se negó a pagar comisiones, y aumentó, en cambio, entre 1986 y 1990. Tales datos figuran recogidos en un documento de páginas que De Benedetti entregó a los jueces, siguiendo la pauta marcada por Cesare Romiti, consejero delegado de Fiat.

Sigue habiendo una diferencia importante en la actuación de estas dos grandes empresas italianas: el ingeniere Carlo De Benedetti se reconoce culpable en primera persona y solidariamente con todos los directivos de su empresa; el avocato Giovanni Agnelli, presidente de Fiat, sostiene, en cambio, que aunque algunos directivos hayan "errado", el "corazón de Fiat" sigue estando sano.

A Carlo de Benedetti, su confesión del domingo le supondrá previsibles problemas, en primer lugar con los accionistas de su empresa, ante los que todavía el pasado 29 de abril negó cualquier responsabilidad de Olivetti en el pago de comisiones ilegales. No obstante, los mercados no acusaron ayer el golpe, y la importante ampliación lanzada por la empresa de lvrea tras declarar cuantiosas pérdidas en el ejercicio 1992 avanzaba viento en popa.

En el frente internacional, a la confesión del ingeniere, propietario de La Repubblica, el diario más vendido de Italia, se suman otros tropiezos recientes, como han sido la condena en primera instancia de De Benedetti por la quiebra del Banco Ambrosiano, el fiasco de la Ad Bank ginebrina, que arrastró a la Banque Dumenil Leblé de De Benedetti en el escándalo Dominion, y las tensiones internas de la Cofir, su financiera española.

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