Socialistas y populares coinciden en la necesidad de un programa de ajuste

La salida a la crisis y la necesidad de un programa económico de ajuste condicionan el contenido de las ofertas electorales que ayer fueron presentadas en Madrid por los líderes de los dos grandes partidos, Felipe González y José María Aznar. El presidente del PP insistió ayer en la necesidad de defender la estabilidad de la peseta y la integración en la Unión Económica y Monetaria de la CE como objetivo irrenunciable. Estos dos puntos forman también el eje de la política monetaria del PSOE. El presidente del Gobierno subrayó que no había que temer "nada aIarmante en relación a la peseta", cerrando el paso a una hipotética nueva devaluación.

González afirmó que el partido que saque más escaños el 6 de junio debería ser el encargado de formar Gobierno. Coincidió en la necesidad de reformar el mercado laboral y, a pesar del incremento del paro, vaticinó que "a partir del segundo semestre la situación cambiará, porque estamos en el punto más bajo del ciclo y de destrucción de empleo".El presidente del Gobierno sintetizó el programa del PSOE en el compromiso de modernizar el país y mantener las políticas sociales, dentro de unas propuestas que los socialistas afirman que cumplirán íntegramente porque han renunciado a ofrecer "lo que no se pueda financiar".El presidente del PP fijó la prioridad del programa económico de su partido en "crear empleo", y aseguró que para ello "se pueden bajar los tipos de interés", aunque se mostró prudente a la hora de predecir el momento adecuado para ello.

La línea general del programa popular guarda similitudes sorprendentes con el modelo defendido por el ministro de Economía, Carlos Solchaga, dado que José María Aznar subrayó que la recuperación se basa en "una política económica austera, estable y rigurosa". Aznar precisó que se reduciría el déficit público en medio billón de pesetas, pero no precisó el plazo.

Para el PP, el culpable de la crisis es "la desacertada" política del Gobierno. En concreto, el incumplimiento del compromiso de reducir el gasto público es el causante de los restantes desequilibrios de la economía: inflación, déficit exterior y desempleo. Página 17