El Senado otorga la confianza a Ciampi

Carlo Azeglio Ciampi obtuvo ayer la confianza del Senado, con 162 votos a favor, 36 en contra y 50 abstenciones, quedando así investido definitivamente como presidente del Gobierno. Pero para lograrlo, hubo de hacer algunas concesiones a sectores de la Democracia Cristiana (DC) y a los liberales, que, por distintas razones, habían anunciado una abstención que le ponía en peligro.

Debido al peculiar reglamento del Senado italiano, por el que las abstenciones se suman a los votos negativos, la investidura de Ciampi corrió ayer, en efecto, el riesgo de una falta de quórum, ya que los abstencionistas habían decidido ausentarse de la sala a fin de que su actitud no desembocara en un rechazo por el Senado del primer ministro.

La incertidumbre, que indica hasta qué punto la complejidad de las instituciones italianas puede convertirse en trampa fatal para el actual proceso de cambio, se mantuvo a pesar de que los partidarios de la abstención trataron de coordinarse a fin de que en la sala quedaran los senadores suficientes como para garantizar el quórum legal del 51% de los escaños.

Ciampi dedicó mucho tiempo a explicar que su Gobierno actuará "con plenos poderes" y sin más plazos que los que dicte el Parlamento. Pero sobre todo, dio garantías de que la política de asistencia al sur del país no cesará. "Ningún Gobierno podría desinteresarse de las zonas menos favorecidas" dijo.

Con esas promesas, Ciampi pudo vencer las objeciones que le habían presentado, respectivamente, los liberales y unos 30 senadores democristianos. Pero no mereció el voto de Francesco Cossiga, que se abstuvo y aprovechó la jornada para hacer campaña a favor de que el próximo jefe de Estado italiano sea elegido por sufragio directo.