El metro echa humo
Cien 'estanqueros' venden tabaco de contrabando en el suburbano
VICENTE G. OLAYA, Los tres grupos -marroquí, senegalés e indio- que controlan. la venta ilegal de mercancías en el metro han reestructurado sus negocios. Las requisas de la Policía Municipal y la presencia de vigilantes en el suburbano les ha llevado a introducir en los pasillos un nuevo producto: el tabaco de contrabando. Una mercancía de fácil transporte y que puede ser escondida con rapidez ante la menor sospecha de la llegada de los vigilantes. En estos momentos, unos cien estanqueros trabajan en los corredores del metro ofreciendo paquetes de rubio americano a 200 pesetas.
Estos vendedores han reconocido que la masiva venta de este producto a bajo precio ha sido posible gracias a un acuerdo alcanzado el pasado mes de febrero entre los grupos que controlan la venta suburbana ¡legal. "Cuando las cosas se pusieron mal y las requisas hacían prácticamente deficitario el negocio, se hizo necesario pensar en otras soluciones. Pactamos la distribución por zonas y la creación de nuevos sistemas de vigilancia", aseguran.El anterior sistema de alerta, el que era ya conocido en los ambientes del metro como el método del listo, fue desechado al haber sido descubierto, a mediados del pasado año, por las autoridades municipales. El listo se encaraba con los agentes para dar tiempo a sus compañeros de negocio a huir.
Ahora, los vendedores emplean un método más sofisticado. Incluye una especie de puesto de vigilancia que, ante la menor sospecha de la proximidad de los agentes, avisan del peligro. La facilidad con que se transporta la nueva mercancía hace prácticamente imposible su aprehensión.
Por otra parte, el aumento de las ventas ha dado lugar, a su vez, a una impresionante bajada de los precios de este tabaco. Mientras que en enero el precio de cada paquete se situaba en 300 pesetas, actualmente sólo alcanza las 200. La justificación de los 20 duros más que se cobraba a principios de año (es auténtico pata negra, decían) ha pasado ya al olvido. Ahora, su bajo precio (45 pesetas menos que en el estanco y 75 menos que en un lugar autorizado) parece su principal reclamo.
Datos de Tabacalera
Mientras tanto, en la empresa Tabacalera recuerdan la mala calidad de este tabaco de contrabando. "Al haber sido almacenado y transportado en pésimas condiciones, se alteran gravemente sus cualidades" afirman. "Estos productos pueden haber tardado muchos meses en ser introducidos en España e incluso estar manipulados para mantener su sabor".
Tabacalera dice no poder precisar el número de paquetes que se venden ilegalmente. "Tenemos estimaciones que no podemos hacer públicas" señalan. Sí admite haber notado una ligera disminución de sus ventas en los últimos meses en la Comunidad de Madrid. Sus cálculos sitúan el descenso en torno a las 700.000 cajetillas al año, un 0, 17% del total, disminución que no sólo achacan. al contrabando.
Cada puesto ilegal del metro vende diariamente -según afirman los mismos vendedores- en torno a las cien cajetillas diarias, lo les permite obtener un beneficio de 2.500 a 3.000 pesetas cada día. "Es lo mismo que ganábamos con los anteriores productos" dice un vendedor. Preguntados sobre la procedencia de esta mercancía, estos nuevos estanqueros se niegan a revelar la identidad de sus proveedores. "Decirlo acabaría con el negocio" aseguran.
Es fácil observar en los pasillos del metro la presencia de auténticos mayoristas en la distribución del tabaco de contrabando. Individuos cargados con sacas repletas de cartones de tabaco reparten desde primera hora de la mañana la mercancía por pasillos y andenes.
Curiosamente, el auge de este negocio ha originado a su vez otros de mucha menor escala. Como el de este jubilado que ofrece, entre las estaciones de Sol y Gran Vía, dos mecheros a 100 pesetas. "Con tanto tabaco en el metro, lo normal es que hagan falta mecheros. La pensión da para muy poco, ¿sabe usted?".
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