Los musulmanes de Bosnia luchan contra los croatas al entrar en vigor la tregua con los serbios
ENVIADO ESPECIAL, El estallido de nuevos combates entre musulmanes y croatas al sur de Bosnia-Herzegovina abrió ayer un nuevo frente de guerra, mientras se cumplía el alto el fuego pactado entre los primeros y sus enemigos serbios, alcanzado el sábado. La martirizada Mostar volvió a convertirse en escenario de enfrentamientos entre teóricos aliados. Por otra parte, un contingente de 86 soldados ucranios y 24 ingenieros y médicos franceses partió ayer de Sarajevo y alcanzó Zepa, en Bosnia oriental. El mediador de la CE, David Owen, dijo ayer: "Es una guerra civil que no se puede solucionar desde 3.000 metros de altura".
Las hostilidades en Mostar, una ciudad que contaba antes de iniciarse la guerra hace más de un año, con 126.000 habitantes, de los que el 34,8% eran musulmanes, el 33,8% croatas y el 19% serbios, comenzaron, según fuentes musulmanas, al atacar los croatas el cuartel general de musulmán. Mostar estaba controlada militarmente desde hace meses por croatas y musulmanes. La batalla en torno a esta ciudad amenaza con una nueva escalada de conflictos entre estas dos comunidades que han firmado el plan de paz de Vance y Owen y que son teóricos aliados en su lucha contra los serbios.Por otra parte, la misión de los observadores internacionales en Zepa, pasa por aplicar el acuerdo de desmilitarización alcanzado el sábado por el comandante en jefe de la Fuerza de Protección de las Naciones Unidas para Bosnia-Herzegovina (Unprofor), general Philippe Morillon, y los máximos jefes militares musulmán, Sefer Halilovic, y serbio, Ratko Mladic. "Esta misión llega demasiado tarde; se podría haber puesto en marcha mucho antes", asegura el teniente coronel ucranio Leonid Halo, quien ya estuvo en Zepa en febrero escoltando el primer convoy humanitario. "Ya entonces la situación de la población civil era desesperada", añade.
El alto el fuego entre serbios y musulmanes en toda Bosnia, que entró en vigor a las doce del mediodía de ayer, era respetado en la mayoría de los frentes. Sólo se han producido incidentes aislados. No obstante, una fuente de Uriprofor reconoció no ser muy optimista a medio plazo debido, sobre todo, a la experiencia de los anteriores altos el fuego. No obstante, Morillon califico de "progreso" el acuerdo entre Mladic y Halilovic. "La guerra no ha terminado", señaló el general francés, "pero hemos conseguido apagar un nuevo fuego".
El cuartel general de Unprofor aún no tenía en la tarde de ayer un informe propio de la situación real en Zepa. No obstante, radioaficionados de esta ciudad informaron a colegas de Sarajevo de la llegada de cinco observadores militares. Previamente, los enviados habían quedaron bloqueados a tan sólo dos kilómetros de Zepa. "La carretera es mala y está repleta de obstáculos, sobre todo de árboles caídos. Dos de los observadores han proseguido a pie por lo que ya deben estar dentro de Zepa", indicaba el último informe del comandante español José Gallegos, portavoz de Unprofor en la capital bosnia. Los únicos que confirmaron la llegada de los observadores fueron los radioaficionados de Zepa que pintan un paisaje desolador.
El copresidente de la conferencia de paz, el -británico David Owen, manifestó ayer en una entrevista a la cadena norteamericana NBC con referencia a eventuales bombardeos de una fuerza internacional contra los serbios: "Se trata de una guerra civil y no puede solucionarse el problema desde 3.000 metros de altura". Owen se mostró partidario de incrementar la presión sobre los serbios de Bosnia.
Por otra parte, Serbia prohibió ayer entrar en su territorio a dirigentes del autoproclamado Parlamento serbio de Bosnia.
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